viernes, 24 de junio de 2011

Mi niña

Estimados amigos,

El pasado 23 de junio, de madrugada, nació mi hija Alba, motivo por el cual tengo un poco desatendidas las visitas a vuestros blogs. 

En cuanto la situación me lo permita vuestras respuestas en la entrada anterior serán contestadas, vuestras publicaciones serán seguidas y la serie que tengo a medias se irá completando.

Muchas gracias a todos, os echo de menos, pero mi princesita y mi mujer me necesitan :-))


Un abrazo.





jueves, 16 de junio de 2011

La Leyenda Negra : España Vista por los españoles (2ª Parte)

La conciencia de crisis, los arbitristas :

Felipe II logró, no sin dificultades, mantener la hegemonía de los Habsburgo pero el imperio empezó a dar señales de crisis. La política imperial española había dado lugar a una estructura compleja y cara. El mantenimiento de un ejército permanente y el elevado número de funcionarios del aparato burocrático, entre otros factores, ocasionaban enormes gastos.
 
(Felipe III de Austria (Madrid, 14 de abril de 1578 — 31 de marzo de 1621), llamado El Piadoso, Su reinado supuso una transición entre el apogeo de Carlos I y Felipe II y la decadencia que representarían los últimos años de Felipe IV y el reinado Carlos II. Aficionado al teatro, a la pintura y, sobre todo, a la caza, delegó los asuntos de gobierno en manos de su valido, el duque de Lerma, el cual, a su vez, delegó en su valido personal Rodrigo Calderón)
 
Esta situación se agravó con una deficiente política financiera. El continuo incremento de los gastos provocó un progresivo endeudamiento y el control económico acabó en manos de banqueros, extranjeros sobre todo, que hacían préstamos a la corona con fuertes intereses. En efecto, tras la victoria de San Quintín (1557), sobre Francia, Felipe II se vio obligado a declarar la primera de una larga serie de bancarrotas, frecuentes en los reinados de sus sucesores.

La crisis era bien patente durante los reinados de Felipe III y Felipe IV. De esta situación fue consciente un grupo de hombres que se dedicó a analizar los males de la enferma sociedad española. Estos hombres, llamados arbiristas, fueron los primeros que tuvieron conciencia de la crisis y los primeros que ya desde finales del siglo XVI intentaron poner remedio a los problemas realizando multitud de proyectos. Las ideas de estos economistas políticos o de estos “maquinadores de planes”, como también se les ha calificado, fueron muy diversas.

(Uno de los problemas de la administración española fue el jurídico-penal por la mezcla de jurisdicciones (civil, eclesiástica e inquisitorial) que muchas veces hacían difícil la labor de de la justicia, sobre todo en la Corona de Aragón, por las peculiaridades forales. Arriba, la cárcel de Corte de Madrid)
 
Sus proyectos o arbitrios eran, en ocasiones, disparatados. La monarquía llegó a financiar las experiencias de alquimistas que prometían la fabricación del oro para acabar con la escasez de metal. Sin embargo, es necesario diferenciar estos proyectos. Al lado de ideas absurdas, encontramos verdaderos programas de reforma.

Los arbitristas propusieron que fuesen reducidos los gastos del gobierno, que se reformase el sistema tributario castellano; algunos llegaron a sugerir un impuesto único (pensemos que en el Antiguo Régimen el número y variedad de impuestos era numerosísimo, así como las jurisdicciones que los percibían). Asimismo pedían que los diversos pueblos de la monarquía contribuyeran con sus impuestos, pues a causa de los fueros sólo los súbditos castellanos financiaban la política imperial.  

(Muchos de los arbitristas intentaron en el siglo XVII mejorar la vida del campesinado español y dulcificar las condiciones de explotación feudal buscando una mayor productividad del campo español a través del estudio de las técnicas agrícolas. Abajo, fuente de la Marblanca en el Madrid del siglo XVII)
 
Uno de los arbitristas más reconocidos es Sancho de Moncada, quien realizó un excelente análisis de los males del país. Para este pensador la sociedad estaba aquejada por un grave problema demográfico que se centraba en tres factores relacionados: emigración, hambre y falta de natalidad. Denunció, asimismo, la huida de materias primas al extranjero y la falta de metal.

Sus soluciones eran perfectamente lúcidas. Sancho de Moncada planteaba una mejora de la agricultura basada en una extensión del regadío. Proponía también un proteccionismo que implicaba medidas contra los negociantes extranjeros. Todo ello debía potenciar la economía del país.

Digamos por último que después de ser durante largo tiempo criticados y menospreciados, hoy los arbitristas son considerados como los “autores primitivos del pensamiento económico”. Se ha reconocido, por tanto, la importancia de su análisis de la decadencia de España y la clarividencia de muchos de sus planteamientos. Los arbitristas son, en definitiva, el testimonio de la conciencia de crisis que la sociedad española fue progresivamente asumiendo.

La literatura :

La novela picaresca es, también, un buen reflejo de esta conciencia de la decadencia, como buena parte de la literatura española del siglo XVII. Desde la primera obra del género, "El Lazarillo de Tormes", cuya primera edición parece fecharse en 1554, a la obra considerada cumbre de la picaresca "Guzmán de Alfarache" de Mateo Alemán (1599), sin olvidar también las numerosas novelas encuadradas en este estilo a lo largo del siglo XVII, todas ellas son fiel reflejo de la decadencia de la sociedad española, y si bien el tono narrativo aparece teñido de humor, la sátira y la amargura prevalecen en la descripción.

(Cervantes tuvo una biografía llena de peripecias y desventuras que van desde la pérdida de un brazo en Lepanto a su largo cautiverio en Argel. Estos sufrimientos nunca enturbiaron su capacidad de idealización de la realidad de la que es buen testimonio Don Quijote de la Mancha)

No olvidemos, por supuesto, a Miguel de Cervantes porque posiblemente nadie como él reflejó la confrontación entre los ideales que representaban el hidalgo Don Quijote y la evidencia de la crisis de la que era un lúcido observador Sancho Panza.

Por su parte, Quevedo, que tanto arremetía contra la presunta envidia de los enemigos de España, reflejó con mucha frecuencia, la melancolía y la amargura ante la situación de decadencia española. Su célebre soneto es bien expresivo:

“Miré los muros de la patria mía,
si un tiempo fuertes, ya desmoronados,
de la carrera de la edad cansados,
por quien caduca ya su valentía.

Salíme al campo, vi que el sol bebía
los arrollos del yelo desatados,
y del monte quejosos los ganados,
que con sombras hurtó su luz al día.

Entré en mi casa; vi que amancillada,
de anciana habitación era despojos;
mi báculo, más corvo y menos fuerte;


vencida de la edad sentí mi espada.
Y no hallé cosa en que poner los ojos
que no fuese recuerdo de la muerte.”
 
En la segunda mitad del siglo XVII la amargura que veíamos en Quevedo se convertirá en el escepticismo de Baltasar Gracián, pero, eso sí, sin olvidar no obstante las alabanzas hacia el glorioso pasado hispánico, como lo demuestra en su obra "El político don Fermando".

La agitación Revolucionaria de 1640 :

En 1640, la monarquía española de Felipe IV tocó fondo. El imperialismo del Conde-duque de Olivares que introdujo a España en el conflicto internacional de la Guerra de los Treinta Años, se contradecía con la precaria situación económica española que había pasado por una terrible bancarrota en 1627. La monarquía intentó presionar a todos los reinos que la integraban para que colaboraran más en los enormes gastos que implicaba la política exterior. 

(La revolución catalana de 1640 empieza con una sublevación de los segadores en la ciudad de Barcelona el 7 de junio de ese año, fecha del Corpus Christi: jornada de gran violencia en la que, entre otras personas, fue muerto el propio virrey Santa Coloma, por ello se la conoce como el “Corpus de Sangre”)
 
El 7 de junio de 1640 empezaba la revolución catalana con el llamado Corpus de Sangre, una jornada en la que segadores catalanes mataron en Barcelona al virrey Santa Coloma. La presión militar castellana y la propia conciencia de la debilidad catalana llevaron a los líderes de la revuelta a pactar, en enero de 1641, la vinculación de Cataluña a la monarquía francesa de Luis XIII. De hecho, Cataluña permanecería adscrita a la monarquía francesa de 1641 a 1652, en que don Juan José de Austria recuperó Barcelona.

También desde 1640 Portugal se lanzó a la revolución logrando la independencia de la Monarquía Hispánica, a la que estaba vinculada. Durante las revueltas, tanto desde la Corte como desde los respectivos focos revolucionarios, se escribieron infinidad de folletos a favor y en contra de la sublevación.

Los revolucionarios catalanes eran, lógicamente, pro-franceses, pero desde Castilla se llevó a cabo una campaña dirigida a desacreditar a Richelieu, y a los franceses por su nula fiabilidad. Por su parte, los folletos de los revolucionarios catalanes pregonaron los mismos defectos que se criticaban desde Europa. Muy significativo al respecto resulta el folleto "Victoria que han alcanzado los catalanes contra los engaños de Castilla" (1642) en el que se lee:

“Pensaban enfangarnos, como han hecho a los indios que con buenas palabras los llamaban a su obediencia y después los mataban con una crueldad que ni Diocleciano a los mártires…”
 

(La guerra fue uno de los jinetes del Apocalipsis que más muertos causó en la época moderna, especialmente en los siglos XVII y XVIII. Fue la Guerra de los Treinta Años la que más pérdidas demográficas causó, sobre todo, lógicamente, en el ámbito alemán. Cuadro de Carl Wahlbom (1810–1858) que representa la Batalla de Lützen. La escena muestra la muerte del rey Gustavo II Adolfo de Suecia el 16 de noviembre de 1632, merece la pena ampliar la imagen y ver la obra en detalle)
  
Fuentes :

García Cárcel, Ricardo; Mateo Bretos, Lourdes (1990). “La leyenda negra”. Madrid: Altamira.
Alvar, Alfredo (1997). “La leyenda negra”. Madrid: Akal.
Molina Martínez, Miguel (1991). “La leyenda negra”. Madrid: Nerea.
Pérez, Joseph (2009). “La leyenda negra”. Gadir.

lunes, 13 de junio de 2011

Premio Sunshine Award

El blog amigo Mujeres de Leyenda acaba de otorgar a España Eterna el Premio Sunshine Award que con mucho gusto aceptamos y colocamos en nuestra vitrina. Las bases de este premio dicen que yo por mi parte debo otorgarlo a otros blogs que paso a enumerar. Otros que también se merecen este premio ya habían sido galardonados con el mismo.



2) - Docmanuel

 Muchas gracias amiga Magnolia y felicidades a los premiados :-))

jueves, 9 de junio de 2011

La Leyenda Negra : España Vista por los españoles (1ª Parte)

España Vista por los españoles :

Hasta ahora hemos conocido la visión que los europeos han tenido de nuestro país a lo largo de la historia. Vamos a ver ahora de qué forma ha influido sobre los españoles esta visión, casi siempre negativa, que se ha ofrecido. Nos adentraremos en el estudio de dos posturas: aquella que ensalza sin ningún rigor la historia y características de España y que denominamos leyenda rosa, y aquella que ejerce una autocrítica, reconoce los errores y se plantea una forma de superarlos.

Se advierte que, en ocasiones, la exaltada alabanza se entrecruza con visiones desencantadas y amargas. En cualquier caso, mostraremos que, para bien o para mal, España ha preocupado obsesivamente a los españoles.

(Los Reyes Católicos conquistaron Granada en enero de 1492, tras diez años de guerra con los musulmanes. La conquista de Granada supuso la uniformidad religiosa del territorio español, aunque la presencia cultural musulmana continuó a través de los moriscos, musulmanes convertidos en cristianos nuevos, que serían definitivamente expulsados en 1609. La Rendición de Granada, cuadro de Pradilla. Te recomiendo pinchar sobre la imagen para ver la obra en detalle)

La Leyenda Rosa :

Ante las continuas acusaciones que se recibían desde el exterior, algunos españoles adoptaron una posición defensiva y radicalmente contraria. De este modo, crearon una España en la que sólo existían aspectos positivos e idealizadas exaltaciones de lo hispánico. En ocasiones eran fiel reflejo de la versión oficial que interesaba difundirse desde el poder, pero otras veces surgían de la pluma de escritores que no tenían ninguna vinculación con la monarquía.

La leyenda rosa española en los siglos XVI y XVII se proyectó en dos grandes direcciones: la encendida defensa de la cultura hispánica y la aprobación de la actuación política española justificando el Imperio y, en íntima conexión, alabando los caracteres hispanos.

(Con la conquista de América por los españoles llegó también la evengelización. El padre Bartolomé de las Casas fue el precursor de lo que podríamos llamar el movimiento anticolonialista que culminó en el independentismo de las colonias respecto a las metrópolis en los siglos XIX y XX. La evangelización española en América, no sólo incidió en los aspectos religiosos, sino que supuso un fenómeno de aculturación de gran trascendencia.)
 
La glosa de la cultura hispánica que desde Lebrija se identificaba con la lengua castellana, encontró su más apasionada manifestación en el siglo XVI en la obra de Alfonso García de Matamoros "Apología de Adserenda hispanorum eruditione seu de viris hispaniae doctis enarratio", publicada en 1553. Muchos otros autores basaron sus obras en la idea de la superioridad de la lengua española con respecto a las de los demás países. Damasio de Frías en su estudio crítico de las lenguas europeas, afirma:

“…nuestra lengua es tenida por dificultosa de las demás, pero muy grave, entera y articulada (…) no es tan blanda como la italiana, por las muchas vocales de aquélla, ni tan áspera como la francesa, por no sobrar en ella tantas consonantes y letras excusadas en la pronunciación y necesarias en el escribir…”

La defensa de la historia y de los caracteres hispánicos encontraron muchos apoyos. A finales del siglo XVI Pedro de Medina se manifestó en este sentido en su "Libro sobre las grandezas y cosas memorables de España" cuyo título es perfectamente indicador de su contenido.

(La presencia del ejército español en Flandes fue causa de grandes tensiones sociales. Los motines de este ejército generaron conflictos sociales como el saqueo de Amberes (1576), que constituyen uno de los peores recuerdos que de los españoles han conservado los holandeses, y que causó varios miles de muertos entre la población civil. En la imagen, arcabuceros españoles en Flandes. 
En la imagen el "Socorro a Génova por el marqués de Santa Cruz", 1634. Madrid, Museo del Prado, pintado para serie de batallas del Salón de Reinos en el nuevo palacio del Buen Retiro)

La apelación al pasado glorioso por parte de un grupo de historiadores que contrapusieron al calificativo de Felipe II de “demonio del mediodía” el de Rey Prudente, abriría paso a la crítica del carácter de los demás pueblos europeos.

De este modo, Álamos de Barrientos considera a los flamencos como “indignos de perdón”; a los italianos, “mudables enemigos de cualquier Imperio que tengan sobre las cabezas y amigos del que no les posee”; y denostaba a los ingleses, “por lo que han robado y la secta que profesan”.

Fue, sin embargo, en el siglo XVII cuando la leyenda rosa se destacó con mayor fuerza. Juan Pablo Mártir Rizo en su "Norte de Príncipes" (1626) recalca:

“Los españoles son ejemplo que no padece excepción, pues siendo generalmente de estatura pequeña, la grandeza de su corazón es tan grande, que les da aliento, de forma que con su propio valor se han hecho dueños del mundo”

Las primeras manifestaciones de autocrítica : 

Al lado de apasionadas defensas de los tópicos hispanos sin el más mínimo rigor y sombra de duda, algunos españoles desde los mismos orígenes de la Leyenda Negra expusieron sus temores y sus inquietudes e intentaron conocer con objetividad cuáles eran los límites y las culpas, que no han sido pocas, de España.
 
(Saavedra Fajardo (arriba) fue uno de los intelectuales de la España de Felipe IV (a la derecha) que contrariando los criteros del valido Conde-duque de Olivares defendió la idea de que la política española no podía seguir sosteniendo el papel mesiánico de garantía de conservación de la religión católica y que había que propugnar cierto repliegue pacifista)

Vamos a analizar aquellas posturas que tanto desde la posición conservadora como desde la perspectiva progresista se han planteado el tema de España como problema y han llegado en algún momento a anhelar una renovación.

Efectivamente, ya en el siglo XVI aparecieron manifestaciones de esta actitud. Martín de Azpilcueta a finales de siglo comentaba respecto al clásico enfrentamiento entre España y Francia:

“He visto entre españoles y franceses que muchos varones, aun eruditos y profundamente piadosos, sienten tal pasión por su pueblo y sus jefes, que no dudan a favor de ellos dar lo falso por verdadero y lo injusto por justo (…) Nadie debe ser odiado y condenado por el sólo hecho de que pertenece a otros países. Persuádanse de que los enemigos no deben ser aniquilados ni sus ciudades incendiadas o destruidas. Procuren más bien arrepentirse y restituir lo que ha sido mal acogido, dar satisfacciones por las injurias inferidas y hacer una paz verdadera con buenas condiciones…”

El filósofo Luis Vives por su parte se lamenta de la incultura española, y tampoco Huarte de San Juan tuvo una opinión más favorable de los españoles ya que consideraba que no eran aptos por naturaleza para el aprendizaje de la lengua latina. 

(La afición a la bebida y la pasión por el juego quedaron claramente reflejados en numerosos cuadros de pintores como Murillo y Velázquez y, cómo no, en la novela picaresca. El triunfo de Baco es una pintura del español Velázquez, conservada en el Museo del Prado desde 1819. Es conocida popularmente como Los borrachos)

El modelo político imperial tampoco saldría mejor parado. El reinado de Carlos V se despidió con la publicación de tres obras en las que sus autores se manifestaban contrarios a la política del Emperador. El gobierno de Felipe II inmerso en una progresiva crisis económica también motivó continuas críticas. Arias Montano, aunque fue favorable a la ocupación de los Países Bajos, discrepó de los métodos utilizados:

“…tampoco aumenten los hombres sus dominios escudando su avaricia con el pretexto de propagar la religión ni se persuadan que les está permitido extender la piedad con las armas, invadiendo regiones extrañas…”

Saavedra Fajardo, que había rechazado airadamente las críticas que desde el extranjero se hacían a España, escribió en 1643 un libro muy interesante titulado:"Locuras de Europa". En esta obra, Saavedra considera absurda la obsesión imperialista:

“¿Qué sentido tiene que tantos expusiesen sus vidas, perdiendo con ellos sus mismas posesiones, porque ésta o aquella corona tuviese un palmo más de tierra?”

Fuentes :

García Cárcel, Ricardo; Mateo Bretos, Lourdes (1990). “La leyenda negra”. Madrid: Altamira.
Alvar, Alfredo (1997). “La leyenda negra”. Madrid: Akal.
Molina Martínez, Miguel (1991). “La leyenda negra”. Madrid: Nerea.
Pérez, Joseph (2009). “La leyenda negra”. Gadir.

jueves, 2 de junio de 2011

La Leyenda Negra : De los Tópicos a la Superación Histórica

La superación de la Leyenda Negra

El problema de España se ha planteado con mayor rigor y objetividad en nuestro siglo. La descalificación global, llena de adjetivos negativos hacia los temas típicos (Inquisición, Felipe II…) de siglos anteriores, ha sido sustituida por estudios de carácter socio-económico. Pero, sobre todo se ha iniciado un proceso de superación de los viejos enfrentamientos con España desde las más diversas posiciones.

Así, la historiografía alemana resta protagonismo al Imperio de Carlos V. Sin embargo, es la historiografía liberal francesa la que ha contribuido decisivamente a desbloquear la leyenda negra de los tópicos en los que se encontraba. Lucien Febvre, en su estudio "Felipe II y el Franco Condado" (1911), no se ocupa de los duros tópicos personales atribuidos al monarca sino que analiza su reinado en función de los conflictos religioso-políticos que se debaten en la Europa del siglo XVI. 
(Carlos V fue elegido emperador en 1519 y coronado en Alemania en 1530. Su Imperio representa la voluntad de establecer una “Universitas Christiana” que garantizara la conservación de la frontera de la cristiandad frente a los turcos y la frontera de la catolicidad frente al protestantismo. Puedes pinchar en la imagen para ampliarla)

 La guerra civil española provocó un doble planteamiento ideológico entre los europeos dependiendo de las simpatías políticas mostradas a cada uno de los dos bandos. El pensamiento conservador configuró una historiografía que ensalzaba personajes históricos tradicionalmente atacados, defendía la Inquisición, justificaba la política de los Austrias e incluso valoró como positiva la utilidad histórica de España y criticó el pensamiento liberal de los afrancesados.

En el otro frente, el pensamiento no conservador y los historiadores judíos continuaron con las tradicionales acusaciones a la Inquisición y volvió a ser blanco de duras críticas la figura de Felipe II. Fueron numerosos, sin embargo, los escritores e historiadores que se pusieron al lado de las posiciones republicanas: ErnestHemingway con su obra "Por quién doblan las campanas" o George Orwell con "Homenaje a Cataluña" son sólo una mínima muestra. Durante la postguerra continuaron las simpatías europeas por los exiliados españoles representantes de la “otra España”.

(Ernest Miller Hemingway (Oak Park, 21 de julio de 1899 – Ketchum, 2 de julio de 1961) fue un escritor y periodista estadounidense, y uno de los principales novelistas y cuentistas del siglo XX. En su novela "For Whom the Bell Tolls" dice de los españoles :

-"No hay gente como ellos cuando son buenos pero cuando son malos, no hay gente peor"

-"La belleza es todavía más importante para el español que la acción; (...) el honor es muchas veces más importante que el éxito; (...) el amor y la amistad son más importantes que el trabajo")

Particularmente importante resulta destacar la figura de Bataillon que, con su obra "Erasmo y España", dio un giro radical a la historiografía. Por primera vez se destacó la existencia de un pensamiento progresista español en el siglo XVI perfectamente comparable al más avanzado de la Europa del momento.

Bataillon opina que el pensamiento español conservador del siglo XVI no fue el único sino que triunfó sobre la opción progresista. Bataillon atrajo la atención de Europa hacia la historia de España

-“que pudo ser y no le dejaron”.

Aunque algunos historiadores de la literatura seguían negando el Renacimiento y la Ilustración en España, la visión de Bataillon se impuso a partir de los años cincuenta. Efectivamente, las obras de Braudel, Elliot o Vilar son el ejemplo más representativo de esta nueva forma de contemplar la historia de España. Este interés no ha decrecido, más bien al contrario. Así, se han podido escribir de modo más objetivo numerosas biografías de personajes que permiten conocer mucho mejor el régimen político de los Austrias, revalorizándose, incluso, figuras tan poco reconocidas como el duque de Alba o replanteándose el análisis de acontecimientos políticos y sociales.

("Ajusticiamiento de los comuneros de Castilla, en 1521", por Antonio Gisbert (1860) La revuelta de los Comuneros, junto con la de las Germanias, representa el testimonio del rechazo español a la idea imperial de Carlos V, al tiempo que es expresión de la contestación social de sectores burgueses a la identificación de la monarquía española con el régimen feudal)
 
Cada vez con mayor frecuencia la historiografía hispano-francesa se detiene a estudiar aspectos de la cultura española  en los que se insiste en rechazar la idea de una España alejada de la cultura europea. Por su parte, los historiadores anglosajones valoran la buena administración, considerando que la decadencia del Imperio debe situarse no en el fallo de esta administración sino en cuestiones ideológico-políticas.

El fin de la dictadura, el advenimiento de la democracia y la incorporación de España a la Unión Europea contribuyó a la aproximación entre españoles y europeos y a sacar definitivamente a España de su relativo aislamiento y su incorporación total al tren europeo como miembro de pleno derecho, siendo actualmente España la quinta economía más grande de la Unión Europea y en términos absolutos la duodécima del mundo.

Este acercamiento contribuyó a eliminar tópicos y a dar una imagen más real de nuestro país al resto del mundo.

(La Europa del siglo XVII refleja ante todo, el fin de la hegemonía imperial de la casa de los Austrias que había estado vigente a lo largo del siglo XVI. En la centuria siguiente surgirán, después del Tratado de Westfalia (1648), nuevos imperialismos como el francés, el sueco y el turco. Mapa de Europa (1623)

 
En la próxima entrada hablaremos sobre la imagen que de España tenemos los propios españoles ...

Fuentes :

García Cárcel, Ricardo; Mateo Bretos, Lourdes (1990). “La leyenda negra”. Madrid: Altamira.
Alvar, Alfredo (1997). “La leyenda negra”. Madrid: Akal.
Molina Martínez, Miguel (1991). “La leyenda negra”. Madrid: Nerea.
Pérez, Joseph (2009). “La leyenda negra”. Gadir.


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