(Francisco de Goya y Lucientes, Fuendetodos, Zaragoza, 30 de marzo de 1746 – Burdeos, Francia, 15 de abril de 1828)
Los ojos desorbitados de Saturno que vemos hoy en las Pinturas Negras no son fieles al original, ni tan terribles como los que Goya pintó; el Perro semihundido no tiene la mirada perdida, sino que contemplaba el lejano vuelo de dos aves; tampoco el Duelo a garrotazos se entabló jamás entre dos hombres con las piernas enterradas, en un énfasis cainita tan querido por los agoreros de las dos Españas. No. Hasta hoy hemos visto las Pinturas Negras con los ojos equivocados por culpa de una restauración excesiva y desgraciada que siguió a la poco cuidadosa transferencia de las obras del muro al lienzo. Pero hoy, por fin, tenemos medios para una visita a su estado original: las fotos de Jean Laurent (uno de los más importantes fotógrafos que trabajaron en España en el siglo XIX)
Fieles a la semántica del tiempo ido, las imágenes en blanco y negro nos permiten asomarnos a la Quinta del Sordo hace casi siglo y medio, cuando las enigmáticas pinturas permanecían en sus muros. La historiografía ha conocido casi siempre malas copias de esas fotos, pero desde que aparecieron algunos originales en 1985 hasta 2009 no se ha terminado el proceso de recuperación y digitalización de las viejas, dañadas placas de cristal, que conserva el Instituto del Patrimonio Cultural de España. Por primera vez tenemos acceso a detalles fundamentales de su contenido. Y las consecuencias para la interpretación de las Pinturas Negras se sucederán.
(El cuadro Saturno devorando a un hijo es una de las pinturas al óleo sobre revoco que formó parte de la decoración de los muros de la casa que Francisco de Goya adquirió en 1819 llamada la Quinta del Sordo y, por tanto, pertenece a la serie de las Pinturas negras.
La obra, junto con el resto de las Pinturas negras, fue trasladada de revoco a lienzo en 1873 por Salvador Martínez Cubells. En la foto podemos apreciar las diferencias entre el original fotografiado y el resultado del trabajo de Martínez Cubells al pasarlo a lienzo)
La obra, junto con el resto de las Pinturas negras, fue trasladada de revoco a lienzo en 1873 por Salvador Martínez Cubells. En la foto podemos apreciar las diferencias entre el original fotografiado y el resultado del trabajo de Martínez Cubells al pasarlo a lienzo)
El resultado de la investigación es el novedoso estudio de Carlos Foradada Baldellou, y acaba de aparecer en la revista «Goya». Foradada es profesor de Bellas Artes en la Universidad de Zaragoza, pintor e historiador, y un reputado estudioso de las Pinturas Negras, a las que dedicó su tesis. Las imágenes permiten separar el trabajo de Goya de los repintes y reintegraciones del restaurador del Prado, Salvador Martínez Cubells, que no estuvo a la altura de estas obras.
Los ojos de Saturno coinciden con sendas pérdidas de capa pictórica y en su restauración la mirada pierde un elemento de sorpresa fundamental y salvaje. Pero es que toda la cabeza resultó muy dañada en su paso al lienzo. El pelo de matices fluctuantes que aparece en la fotografía cambió con los repintes. La sombra del pómulo, a la izquierda, desaparece, quitando volumen al rostro, cuyo aspecto actual es mucho menos fiel a la anatomía (zonas óseas, partes blandas) a la luz del original.
Qué decir de la figura desgarrada, un cuerpo femenino al que Goya marca perfiles sangrientos muy decididos, que el restaurador empasta, y pierde volúmenes y sombras adecuadas, veladuras y perfiles como el que indica que el dios hunde sus dedos en la carne de su víctima.
(Duelo a garrotazos. La interpretación tradicional del cuadro había sido la de dos villanos luchando a bastonazos en un paraje desolado enterrados hasta las rodillas. Parece que la versión que pintó Goya no tenía nada que ver con lo que conocemos hoy en día)
El Duelo a garrotazos es el más cambiado. Para empezar, Martínez Cubells tapó casi todo el paisaje agreste, incluso parte de las piernas de los contendientes, escondiéndolas bajo una masa de tierra, cuando en realidad luchan en un campo de cereal o de hierba que oculta sólo sus pies, pero no las líneas de sus piernas o sus sombras.
Los rebaños del paisaje recuerdan sin duda a los de El Coloso, cuadro que ha protagonizado una de las más agrias polémicas cuando el Prado decidió descatalogarlo de la obra de Goya, en una decisión no aceptada por grandes especialistas, como Nigel Glendinning, Valeriano Bozal o Jesusa Vega. De hecho, este trabajo sobre las Pinturas Negras puede abrir una nueva fisura en el estudio de Manuela Mena que justificó la decisión de nuestro primer museo.
Porque hay más detalles que relacionan uno y otro cuadro: las dos manchas blancas del personaje de la izquierda, una flor prendida a la chaqueta y el cuello de camisa roto (ver estos detalles en la foto de arriba, en el cuadro que conocemos estos detalles desaparecen), están aplicadas con espátula, en un procedimiento («no una técnica, como asevera Mena», según Foradada) que Goya comentaba con orgullo como de su invención y que también aparece en las nubes que rodean la cintura de El Coloso.
El restaurador, sencillamente «no supo reproducirlas», asegura el autor del estudio, como tampoco pintó fielmente la sangre sobre la camisa o los ojos y el rostro del personaje de la izquierda. El hecho de utilizar la flor blanca y un traje que nunca usaría un vaquero durante su trabajo sirve a Foradada para lanzar la nueva visión de que en el Duelo a garrotazos subyace una alegoría de la lucha de la España liberal, blanca y luminosa y la oscura España absolutista.
(El Coloso, un gigante de tamaño colosal se yergue tras unos montes, ocupando el centro de la imagen, rodeado de nubes y con los puños en alto. El tercio inferior del lienzo lo ocupa un sombrío valle donde una multitud de gente y ganado se dispersa caóticamente en todas direcciones. Se pone en duda la autoría de Goya)
Otra novedad de la investigación es el análisis de los aglutinantes proteicos hallados en la capa pictórica de las Pinturas Negras. Según Foradada, Goya empleó yema de huevo para unir el agua del temple con el aceite del óleo en la pared. Y de nuevo miramos a El Coloso, porque este investigador espera que el Prado analice los aglutinantes presentes en el cuadro, para esclarecer si son proteicos. Foradada pertenece a una nueva generación de especialistas que tratan de quitar a Goya el velo romántico, y cree que el pintor fue también en las Pinturas Negras el notario genial de un tiempo incierto.
(Perro Semihundido, El cuadro, muy austero, solo presenta la cabeza de un perro escondida o hundida sobre un plano inclinado de ocre oscuro y un espacio vertical en ocre más claro, todo ello exento de cualquier otra figura. La mirada de la cabeza del perro se dirige hacia arriba, y podría representar la soledad. En el original el perro mira a dos pájaros. En el que conocemos hoy en el museo de El Prado han desaparecido los pájaros y apenas se distingue el paisaje de fondo)
Fuente : Jesús García Calero, ABC : Cultura.
Que barbaridad, el restaurador se lució, desde luego. menuda chapuza. Llegar a comerse los pajaritos ya es lo ultimo. Y lo del duelo a garrotazos también es muy fuerte. Menuda diferencia.
ResponderEliminarBuenas noches, monsieur
Bisous
¡Qué bárbaros podemos llegar a ser cuando nos lo proponemos!¡Increíble...!
ResponderEliminarHe quedado maravillado con este articulo de ABC, Pedro. Imperdonable que se me haya pasado... Vaya mi agradecimiento por delante, pues... Ademas de haber contribuído a que descubra algunos datos que desconocia por completo, me hace contemplar estas obras de nuestro genial Goya con otros ojos. Estas no estaban precisamente entre mis favoritas -lo confieso humildemente- justo por ciertos aspectos que este ultimo estudio trata y desmonta. Creo que en este feliz dia he de marcar en el calendario un antes y un despues en relacion a ellas... ;)
Recibe un calido abrazo. Feliz velada.
Sabía que los murales habían sido reproducidos en lienzo, pero no que los efectos de la restauración hubiesen producido cambios tan importantes en algún caso, por ejemplo en el del perro mirando hacia arriba, que éste sí me parece un desaguisado. Pese a todo lo dicho, y no siendo un experto y por tanto casi seguro que equivocándome, las pinturas tal como las vemos son magníficas. El duelo a garrotazos, para mí, símbolo de la fiereza humana, aun sin flor o camisa rota, me parece impresionante y estar los contendientes hundidos hasta las rodillas siempre lo he visto como uno de los alicientes del cuadro: la falta de base en la brutalidad, las causas ocultas de la violencia, y la lucha atroz contra el otro por encima de cualquier impedimento. Pero es sólo mi opinión. Muy buen artículo, Pedro. Un abrazo.
ResponderEliminarVamos un cutrería "made in Spain"...más que restauración se trató de una reinterpretación. En el Saturno no noto mucha la diferencia, pero si en la lucha a garrotazos y el perro hundido. Ahora la pregunta sería si habría que devolverlos a su estado original...
ResponderEliminar...con lo del Coloso lo mismo pasa como con el cuadro de Felipe IV del Metropolitam. Hoy lo descatalogan y quizás mañana lo vuelven a añadir...hay gente en los museos que se tiene que ganar la vida de algo, y que mejor que tocar un poco las narices...
Un saludo.
El criterio que utilizan los restauradores es siempre discutible, pues siempre tienen que mantener las huellas del paso del tiempo a la vez que mejorar el aspecto general de la pintura. En este caso el pintor mantuvo, a su criterio subjetivo, ciertos elementos pìctóricos y suprimió otros sin criterio definido. Son muy sugestivas las fotos que nos enseñas porque si comparamos ténicamente las pinturas actuales con las fotografías nos damos cuenta del abismo que las separa.
ResponderEliminar¿Podrían ser capaces los restauradores actuales de devolver a las pinturas su aspecto original?
Saludos
Uff, soberbio el artículo que nos trae, Pedro. Uno se pone a pensar y, por muy bueno que fuese el restaurador, el dibujante, pasar un cuadro de una superficie a otra, siempre, siempre tiene que haber diferencias: cambia todo, el soporte, los tintes, el aglutinante, la mano del artista... Analizándolo como lo analizamos ahora, con esta precisión de este estudio, observamos grandes diferencias, especialmente la riña a garrotazos, y en el perro, claro, pero no estoy con Carolvs en que se hiciese una cutrería ni una interpretación, estoy más con Desde la Terraza, al afirmar que, con ciertos cambios, siguen siendo geniales las pinturas negras de los lienzos del Prado. Felíz día de Reyes.
ResponderEliminarA pesar de las posibles tropelías del restaurador Goya es siempre inquietante y muy contradictorio. Es cierto que estamos muy condicionados por el ensayismo que se ha realizado sobre su obra.
ResponderEliminarUna valiosa entrada.
Saludos coriales.
El cuadro del perro siempre me ha resultado muy inquietante... ahora que sé que mira a los pájaros lo veo de otra manera
ResponderEliminarMuchas gracias por el artículo y por las fotografías
Ha sido impresionante lo del cuadro del perro....Como dice Paco a lo mejor no fue con intención....pero da mucho que pensar.
ResponderEliminarGran entrada Pedro.
Saludos
He conocido tu blog buscando información sobre la muerte de Carlos V en el palacio-monasterio de Yuste y me pareció muy interesante la entrada que dedicaste al asunto y el blog "España Eterna" en general. Enlazo "El final de Carlos V: el paludismo y el dedo meñique" en mi blog "El devenir de la Ciencia", sobre historia e historias de la ciencia, entre otros temas.
ResponderEliminarSaludos y enhorabuena por tu excelente trabajo.
Magnífica entrada, el Coloso es mi favorito (y ahora dicen que no es Goya). Oye Feliz Año 2011 con retraso es que con el trabajo y las fiestas no me da tiempo a nada. cuídate mucho y sigue así
ResponderEliminar@Paco, no puedo discutir ni una sola coma de su comentario, simplemente pienso exactamente lo mismo. Cambia todo, el soporte, los materiales, los tintes. El pintor hizo su trabajo y gracias a él podemos contemplar estas magníficas obras en lienzo. Podemos reprocharle unicamente su falta de fidelidad al original, pero no sabemos el porqué, démosle por tanto un voto de confianza al trabajo que hizo.
ResponderEliminarUn saludo y gracias por su estupendo comentario.
@Carolus II, interesante la idea que propone. No se hasta qué punto sería factible el restaurar estas obras y dejarlas con su aspecto original, pero sin ser un gran entendido en restauración, me temo que el trabajo tendría muchas complicaciones y sería bastante agresivo para la obra. Por tanto pienso que sería mejor dejarlos como están teniendo en cuenta siempre las fotografías de los originales.
ResponderEliminarEn cuanto a la obra "El Coloso" yo nunca he dado mucho crédito a la noticia de su descatalogación, sobre todo ahora que se ha hecho el estudio que comento en el artículo, sin embargo tendremos que seguir esperando a las conclusiones finales a ver qué nuevas noticias nos traen.
Un saludo y gracias por su visita :-)
@Raquel, no me extraña que te resulte inquietante, este cuadro es pionero de la abstracción y el surrealismo en la pintura, y es que Goya fue el precursor de estilos posteriores como estos dos que te comento y también del impresionismo, y el expresionismo. Está claro que Goya fue un visionario de la pintura, pionero de los estilos que estaban por venir.
ResponderEliminarGracias por tu comentario Raquel :-)
@Bernardo Rivero, gracias por tu comentario. Efectivamente el artículo de Carlos V es muy curioso, aunque el mérito no es mio sino de mi mujer y sus conocimientos de medicina. Te agradezco mucho el enlace que has hecho en tu blog hacia Espña Eterna, por mi parte también te incluyo en el blogroll de España Eterna.
ResponderEliminarPor cierto, tu artículo es muy interesante también.
Un saludo :-)
@Pedro González, gracias amigo, feliz año 2011 para ti también, espero que este año hagas muchas de tus interesantes entradas en tu blog, ya sabes que aquí siempre tienes un amigo como primer seguidor que fuiste de España Eterna.
ResponderEliminarUn saludo cordial :-)
@Retablo de la Vida Antigua, es cierto, estamos muy condicionados por el ensayismo que se ha hecho de la obra de Goya, interpretaciones posteriores de sus obras que nada tienen que ver con las que con toda probabilidad les dio el pintor cuando las creó. Pero es lo que tienen estas obras inquietantes, son susceptibles a muchas interpretaciones e icono ya de la Historia de España.
ResponderEliminarReciba un cordial saludo :-)
@Madame, realmente el restaurador no fue un purista con la obra de Goya, pero hay que hacer algunas matizaciones. Por poner un paralelismo, también Howard Carter era un arqueólogo importante y no dudó en realizar algunas prácticas en la tumba de Tutankamon que serían impensables en la actualidad, por tanto habría que darle un margen de tolerancia al este pintor teniendo en cuenta la época en la que hizo el traslado de pared a lienzo, sin embargo efectivamente pienso como usted que no fue demasiado respetuoso con la obra original, comprendo que se puedan cometer errores a la hora de hacer el cambio de soporte, pero otra cosa es poner la marca de la casa en una obra ajena.
ResponderEliminarAún así siguen siendo obras magníficas y debemos agradecerle al pintor que las rescatara de aquellos muros para disfrute de todos nosotros.
Un saludo y gracias por su comentario Madame.
@Jose, gracias por tus palabras, lo cierto es que es un artículo impactante, sobre todo para los que somos incondicionales de la obra de Goya. Pienso que aunque las obras no son fieles al 100% al original, no pierden la esencia que Goya les quiso transmitir. Estas pinturas negras siguen siendo tan inquietantes como cuando se crearon, están llenas misterio, alegorías y mensajes ocultos y sobre todo están llenas de originalidad por encima de cualquier otro concepto.
Un saludo :-)
@desdelaterraza-viajaralahistoria, creo como usted que la obra de "el perro semihundido" es la que ha sufrido más cambios con el traslado a lienzo, realmente no entiendo por qué el pintor que hizo el trabajo eliminó esos elementos.
ResponderEliminarOtro ejemplo que no he metido en el artículo, es "El Aquelarre", originalmente era mucho más grande, el pintor que hizo el traspaso a lienzo sólo se quedó con la escena principal, pero falta la parte derecha del cuadro, una auténtica lástima. Le recomiendo que lea el artículo que está publicado en la Wikipedia sobre las Pinturas Negras, allí hay datos interesantes sobre lo que le comento : http://es.wikipedia.org/wiki/Pinturas_negras
Pienso como ya he comentado anteriormente, que aun así los cuadros siguen siendo magníficos y a pesar de los detalles que han perdido no pierden la esencia que Goya les transmitió, "El Duelo a Garrotazos" obra emblemática donde las haya la hemos querido identificar posteriormente con el duelo de las Dos Españas, no creo que el autor estuviera pensando en nada parecido sino más bien en la muerte implacable, la discordia entre los hombres o las guerras civiles.
Muchas gracias por su interesante comentario.
@CarmenBéjar, su opinión es de lo más acertada, efectivamente el criterio es discutible e influyen infinidad de factores. En este caso el pintor traspasó las obras bajo su criterio teniendo en cuenta quizá criterios de conservación antes que los criterios de máxima fidelidad a la obra. No lo sé, ni creo que lo sepamos nunca.
ResponderEliminarEn cuanto a su idea de devolverles su aspecto original, le digo lo mismo que a Carolus II, pienso que sería mejor dejarlos como están teniendo en cuenta siempre las fotografías de los originales, posiblemente las obras sufrirían bastante con el proceso si es que pudiera hacerse.
Gracias por tu interesante comentario Carmen.
@Manuel, gracias por tus palabras. Te digo lo mismo que al resto de amigos. Podemos reprocharle unicamente su falta de fidelidad al original, pero no sabemos el por qué, démosle por tanto un voto de confianza al trabajo que hizo. Esperemos que no tuviera otra intención que la de conservar la obra.
ResponderEliminarUn saludo :-)
Han pasado muchos meses, y ya está claro que esa noticia contenía muchas falsedades. Esas fotografías de Laurent estaban retocadas por Carlos Foradada, para adaptarlas a sus teorías.
ResponderEliminarAdemás, esas fotografías fueron publicadas sin autorización previa del archivo donde se conservan. Los negativos originales nunca fueron analizados por ese profesor Carlos Foradada. Los negativos se encuentran (casi todos) en perfecto estado. Y nadie los ha restaurado, ni los restaurará, porque no deben restaurarse, sino conservarse sin manipulaciones. Los supuestos pájaros ya habían sido identificados como tales en el año 1909 por Valerian Von Loga, y después por otros muchos estudiosos (ej: Arnaiz). El supuesto clavel de la solapa de uno de los contendientes... es un pegote de yeso, tapando una falta. Las fotografías están mal datadas, pues fueron tomadas "hacia 1874" (en febrero de 1874) por Laurent, para ser utilizadas por el restaurador Martínez Cubells, como modelo en el arranque y traslado a lienzo de las pinturas negras. El trabajo de Martínez Cubells fue ejemplar, pues salvó las pinturas de la total destrucción. Los restos de la casa de la Quinta de Goya se demolieron en el verano de 1909.
De quien sea "El coloso" me da igual. Ma parece un cuadro impresionante y punto, lo hiciese quien lo hiciese. Que el autor sea Goya o otro no hace que tenga más o menos valor artístico.
ResponderEliminar