jueves, 14 de abril de 2011

Juan José de Austria, el hijo bastardo del Rey Planeta (2ª Parte)

Las fuerzas españolas escaseaban en Flandes y rodeadas de enemigos la balanza pronto empezó a inclinarse a favor de los adversarios del Rey de España. Don Juan de Austria, pese a su empeño y su diplomacia no pudo hacer frente a los problemas que le acuciaban como la falta de hombres, la falta de medios para hallar dinero, el problema de los alojamientos de tropas y la inferioridad de la fuerzas hispanas. Así en 1657 no se pudo evitar perder ante las fuerzas franco-inglesas varias plazas como Dunkerque (puerto que dominaba el Mar del Norte), Gravelinas o Ypres. La situación se hizo tan crítica que se tuvo que imponer la paz sobre todo tras la derrota española de la batalla de las Dunas en 1658.

(Busto de Felipe IV con coraza es un cuadro de Velázquez. Actualmente se encuentra en el Museo del Prado de Madrid. Este es uno de los muchos retratos que Velázquez hizo del rey Felipe IV de España. Es uno de los primeros realizados por el artista después de ser nombrado pintor del rey en 1623)

Así pues, el 7 de noviembre de 1659, se firmó la Paz de los Pirineos entre don Luis de Haro y el cardenal Mazarino, que sellaba la paz, tras casi 25 años de guerra, entre las Coronas de Francia y España. El tratado también preveía la boda entre Luis XIV de Francia y María Teresa de Austria, hija de Felipe IV de España.

Portugal.
 
En octubre de 1658, Felipe IV envío un despacho a su hijo ordenándole su regreso a la Península, una vez finalizada la campaña y firmada la paz en los territorios del norte, para hacerse cargo del mando de las armas del Ejército de Portugal. Una vez firmada esta paz, el rey de España pensó que su hijo bastardo sería su principal arma para la recuperación del territorio luso. Tanto es así que le concedió plenos poderes :

"He resuelto darle y concederle (...) toda plenitud y Plenipotencia mía sin reservación de cosa alguna para que en mi Real nombre pueda titular, jurar leyes, usajes, constiticiones y costumbres de aquel Reino, perdonar, hacer mercedes, conceder privilegios..."(1)

La campaña de conquista empezó con la exitosa toma de Arronches el 16 de junio de 1661 y del castillo de Alconchel cerca de Olivenza. En contraposición a estos éxitos, las tropas españolas perdían terreno en el frente de Galicia levantándose el sitio de Valença do Minho. Los portugueses resistían y además eran ayudados con tropas por el rey de Francia Luis XIV (a pesar de lo firmado en la Paz de los Pirineos) y por Carlos II de Inglaterra que se casó con Catalina de Braganza, hermana del rey Alfonso VI de Portugal y convirtiéndose de esta forma en firme enemigo del Rey de España, pagando de esta manera la hospitalidad que Felipe IV le otorgó en tiempos de su exilio de la República de Inglaterra comandada por Cromwell. A Portugal llegaron soldados y caballos de Inglaterra para luchar contra España, unos 4000 soldados en Escocia e Irlanda y se fletaron 24 barcos ingleses para llevarlos.

(En 1668 se firma el Tratado de Lisboa, por el cual España devuelve a Portugal sus antiguas posesiones, y reconoce al fin su independencia. Con este hecho se pone término también a la unidad ibérica vigente desde 1580)

Entre los años 1662-1664 de igual manera hubo momentos agridulces, se tomaron varias plazas portuguesas como la villa de Borba, Iurumeña (cerca de Elvas) , Veiros, Monforte, Cabeza de Vide, Fronteira, Santa Olalla etc... Don Juan, en su siempre buen saber hacer, publicó un reglamento para evitar daños y abusos que se originaban del tránsito de las tropas por los territorios. También por el mar se enviaron una serie de navíos de guerra con patente de corso contra los rebeldes portugueses, sin embargo los auxilios continuaban llegando a Portugal sin que los corsarios pudieran detener el tráfico comercial en las cosas lusitanas, pues las naciones con las que se había firmado la paz, viendo herida a la vieja Monarquía Hispánica, no dudaron en faltar a su palabra en todo lo firmado. Aún así Don Juan consiguió rendir la importante villa de Évora. Pero en contrapartida España salió derrotada en la batalla de Ameixial (1663) y la batalla de Castelo Rodrigo (1664).

En 1665 finalmente Portugal vence en la batalla de Montes Claros, en la que el marqués de Marialva derrota al ejército español del Marqués de Caracena. España abandona la lucha y termina así la llamada Guerra de Restauración portuguesa. La paz sin embargo no será firmada hasta tres años después en 1668 con el Tratado de Lisboa en que España devuelve a Portugal todas sus antiguas posesiones y territorios con la excepción de Ceuta.

Madrid:

Es precisamente en el año 1665 cuando muere Felipe IV y sube al trono su hijo Carlos II aún menor de edad. El gobierno recayó entonces en la Junta de Regencia presidida por la viuda del rey, Doña Mariana de Austria. La reina, a pesar de su buena voluntad para gobernar, no tenía ni aptitudes ni demasiados partidarios en la corte a pesar de los consejos de su confesor el padre Nithard. Y es aquí donde nuestro protagonista entra de nuevo en escena, sintiéndose relegado del poder, quiso participar de algo que siempre consideró en parte suyo de forma legítima, así promovió una campaña de odio y desprestigio contra el confesor de la reina que sumada a la desconfianza que generaba el futuro de la Monarquía con el enfermizo heredero Carlos II hizo que la persona de Don Juan fuera tomando cada vez mayor relevancia.
 
(Carlos II en un retrato de Juan Carreño Miranda. último Rey de la Casa de Austria. Hijo y heredero de Felipe IV y de Mariana de Austria, permaneció bajo la regencia de su madre hasta que alcanzó la mayoría de edad en 1675)

Se descubrieron las conspiraciones del bastardo contra Nithard y Don Juan tuvo que huir de Madrid, se refugió en Cataluña y desde allí escribió a la reina hablando de la tiranía de Nithard y postulándose como "ministro principal"  legitimando sus palabras en que por sus venas corría la sangre de Felipe IV.

Poco a poco su fuerza e influencia fueron aumentando gracias sin duda al buen recuerdo que dejó a los catalanes en la campaña de Cataluña y de esta manera logró reunir en 1669 un pequeño ejército que iba creciendo día a día según se acercaba de nuevo a la capital de España.

"No se oía ni veía otra cosa que sombreros en el aire y voces, 'Viva el señor Don Juan, nuestro restaurador, que mira por la honra de España'..."

"Viva el rey y muera el mal gobierno"

 (Nithard. confesor de la reina. A la muerte del rey, la reina viuda Mariana quedó como regente del reino durante la minoría de edad de Carlos II, nombrándole Inquisidor General (1666), cargo que le permitió entrar en la Junta de Regencia, convirtiéndose en el personaje más influyente de la Corte. A partir de esa fecha actuó en la práctica como un primer ministro. Sus fracasos en las paces de Aquisgrán y Lisboa de 1668 le granjearon la enemistad de Juan José de Austria, quien apoyándose en el descontento popular generalizado y por medio de un pronunciamiento militar, logró que fuera desterrado de España en 1669)

Asustada, la regente finalmente firmó en 1669 un decreto que nombraba a su confesor embajador extraordinario ante la Santa Sede, una elegante manera de prescindir de sus servicios. Finalmente Don Juan logró su cometido, pero ahí quedó la aventura, porque una cosa era desterrar al odiado Nithard y otra muy distinta enfrentarse a la legítima reina regente o a Carlos II, pese al respaldo de la calle y de la nobleza, no logró hacerse con el poder. La reina quiso mantenerlo alejado de la corte y le nombró virrey de Aragón, con lo que debía residir en Zaragoza, lejos también de la red de partidarios que se había ganado en Cataluña.

Pero Don Juan no se había rendido, esperó una nueva oportunidad y esta llegó en 1675 cuando su hermano por parte de padre Carlos II llegó a la mayoría de edad y tenía que asumir el gobierno. Don Juan entró de incógnito en Madrid llamado por el mismo Carlos II que estaba dispuesto a convertirlo en su privado. Cuando la reina Mariana se enteró, se reunió con su hijo y tras una larga discursión que hizo llorar al rey, se cursó la orden de que Don Juan se retirara de nuevo a Zaragoza. Todo indicaba que la Junta de Regencia seguiría existiendo a pesar de la mayoría de edad del rey y que la reina y su nuevo favorito, Valenzuela, seguirían al mando del gobierno.

(Don Fernando de Valenzuela y Enciso (Nápoles, 8 de enero de 1636 – México, 7 de febrero de 1692), primer marqués de Villasierra. Político y noble español de origen napolitano, valido de la reina regente doña Mariana de Austria)

El aparente secuestro de la voluntad del rey soliviantó de nuevo los ánimos del pueblo y de la nobleza que boicoteó a su modo la etiqueta de la corte, evitando audiencias, fiestas, misas, besamanos en palacio....finalmente, el culmen llegó cuando un grupo de ellos firmaron un manifiesto contra la reina y contra Valenzuela y se proponía que se separaran del rey y que :

"Se conservara la persona de Don Juan al lado de Su Majestad"

Harto de las intrigas palaciegas de Valenzuela, Juan José de Austria tomó cartas en el asunto rebelándose en Zaragoza con las tropas de que disponía (las que habían luchado contra los franceses en la frontera de Cataluña) y dirigiéndose a Madrid con más de 15000 hombres, entró en la capital el 23 de enero de 1677, donde la regente le cedió finalmente el gobierno mientras el valido se refugiaba atemorizado en el real monasterio de El Escorial. Apresado y juzgado finalmente, fue deportado a Filipinas para unos diez años. La esposa de Valenzuela fue también una víctima más de la ira popular, que la trató cruelmente hasta que fue desterrada a Toledo, donde murió loca.

Por fin Don Juan José se encontró con su hermano Carlos II y se convirtió en su valido, durante esos años desarrolló una intensa actividad política: decretos de repoblación, control de precios, penalización del lujo, reforma monetaria, protección de la producción, reducción del funcionariado, medidas todas encaminadas a un mayor ahorro y una mejor gestión de los recursos.

 (José de Ribera retrató 1648 a Don Juan José de Austria)

Los resultados en un principio brillantes se vieron empañados por las numerosas facciones de poder que había en la corte y la dificultad para contentarlas a todas de tal manera que si bien tenía muchos partidarios, también se ganó muchas envidias, críticas y detractores, a ello hay que sumarle la crisis económica española debida entre otras cosas a las malas cosechas. Aun así fue tal su dedicación al trabajo que dos años después enfermó y murió con apenas 50 años.

Había representado bien su papel, consiguió mantenerse en el poder hasta su muerte y seguramente era la única esperanza de buen gobierno para la debilitada Monarquía que quedaba ahora en manos del frágil Carlos II que navegaba en un mar de intrigas y ambiciones, se aproximaba el fin de la dinastía de los Austrias.

Curiosidades :

» Felipe IV tuvo en total siete hijos naturales, es decir, nacidos fuera del matrimonio. De ellos, Juan José, fue el único que obtuvo el reconocimiento oficial de la regia paternidad.

» Juan José de Austria fue un eminente político, militar, legislador y estratega. Con grandes cualidades de mando, un educado hablar y gran capacidad en los campos de la diplomacia, la oratoria, propuestas y toma de decisiones, lo que contrastaba ampliamente con el carácter tímido y la personalidad apagada de su hermano Carlos II. Fue, además, el primero entre los políticos españoles que se dio cuenta del poder de la naciente prensa escrita y la impulsó sufragando revistas dirigidas por personas allegadas a él, aunque también sufrió las mordaces críticas de pasquines y libelos.

» En 1677, en medio de su periodo de gobierno, las malas cosechas, el hambre y los brotes de peste le hicieron perder la mayor parte del apoyo popular que tuvo al acceder a él. El sábado 9 de abril se fijó uno de esos pasquines en la Casa de la Panadería de la Plaza Mayor de Madrid (principal mercado y Repeso de la Villa y Corte) que decía

 «¿A qué vino el señor don Juan?: A bajar el caballo y subir el pan»,

Refiriéndose a la estatua ecuestre de Felipe IV esculpida por Pietro Tacca, que había sido trasladada desde la fachada del Alcázar hasta el Buen Retiro.
 
(1) A.G.S., Estado, leg. 6.152. Plenipotencia otorgada a don Juan en 5 de marzo de 1661 por parte de Felipe IV)

11 comentarios:

Fotos Antiguas de Mallorca dijo...

Me ha quedado muy claro que Don Juan fue un grandisimo personaje. De ser un hijo bastardo llego a ser virrey y hasta valido del Rey. Algo tenia ese hombre.
Un saludo.

CAROLVS II, HISPANIARVM ET INDIARVM REX dijo...

Excelente entrada amigo. En en esos años finales de los 60 cuando se produce un cambio fundamental en la vida de don Juan, pasando de ser el más grande general de la Monarquía (pero temido por muchos en la corte, entre ellos Felipe IV) a opositor político. Luchó contra todos los validos de la Regente doña Mariana pues pensaba que iba contra lo estipulaod por su padre en su testamento, además reclamaba (y con razón) un puesto en la Junta y el Consejo de estado (¿cómo dejar al más valioso hombre de la Monarquía fuera del gobierno?!)...finalmente consiguió alzarse con el poder, pero tuvo poco tiempo para llevar a cabo sus reformas. Su muerte significó la muerte de toda esperanza de regeneración de aquella Monarquía, la última gran cabeza (utlizando la manera de hablar de Olivares) de España moría.

Un sabrazo.

WWW.INFOCONTINENTAL.COM dijo...

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Gracias por compartir este post, estaría bien poder llegar a más personas para poder transmitir lo dicho aqui, te deseo suerte con tu blog.

Un saludo!!

Pedro González Miguel dijo...

Magnífica entrada de continuación sobre Juan José de Austria, haciendo honor a la relevancia histórica de este curioso personaje en la España del siglo XVII. Una vez más, mi más sentida enhorabuena amigo Pedro. Siempre descubro nuevos elementos que desconocía, gracias.

Un saludo amigo

desdelaterraza-viajaralahistoria dijo...

Un personaje con más claros que oscuros, que brilló en una España decadente debido a la abulia del rey, la incompetencia de las regentes y la corrupción de algún valido, como en intrigante Valenzuela -al que hoy he puesto cara, gracias- que después de su destierro filipino, acabó en México donde murió al caer de su caballo. Gracias Pedro, por tan interesante serie. Un abrazo.

Colotordoc dijo...

Hola Pedro:
Quizás hubiese sido mejor Rey...difícil por ser bastardo, pero más interesado por la suerte de España

Saludos

Anónimo dijo...

Hola :D

Después de tantos días de ausencia, ya estoy aquí visitando y leyendo las entradas anteriores. Esta en particular me encantó, porque yo tenía un concepto muy diferente de Don Juan José de Austria, pero con lo que leí anteriormente, me he percatado que fue una excelente persona, todo lo contrario a su hermano el rey Carlos II.

Mil gracias por el pensamiento que comentó en mi blog, está hermoso y me recordó muchas experiencias de mi vida, que por no seguir la luz, nunca supe si era mi estrella :( pero ya he aprendido a no cometer las mismas equivocaciones. Le agradezco ese pensamiento, siempre lo tendré en mente.

Que tenga un excelente fin de semana.
De nuevo Gracias.
Hasta Pronto :D

La Dame Masquée dijo...

Una epoca apasionante además, monsieur, tan llena de intrigas palaciegas, espías y conspiraciones. Como a mí me gusta! XDDD

El personaje era de los que sabía moverse bien en esos ambientes, desde luego. Mire que lo tuvo difícil.

Feliz fin de semana

bisous

Ccasconm dijo...

Dos buenas entradas sobre la figura desconocida de don Juan José de Austria. No sabía que Valenzuela hubiera nacido en Nápoles y muerto en México, aunque en los territorios de la inmensa monarquía católica todavía "no se ponía el sol".

Saludos

Retablo de la Vida Antigua dijo...

Una excelente entrada sobre nuestro siglo XVII. En concreto es de primera lo que usted escribe sobre el enfrentamiento con Valenzuela.

Saludos.

PACO HIDALGO dijo...

Lástima que no reinase, sí. Era un excelente general y dirigió imporantes campañas, con una España decadente y obtuvo importantes victorias. Excelente entrada para rematar la efemérides de Don Juan José de Austria. Un cordial saludo, Pedro.

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