Cuenta la leyenda que cuando el Rey Don Pelayo comandaba a las tropas cristianas en Cangas de Onís, se dio cuenta de que no tenía estandarte ni bandera pues el pendón rojo de los Visigodos había sido apresado por los musulmanes en Jerez.
Fue entonces cuando San Antonio Anacoreta se acercó a Pelayo y le ofreció una tosca cruz de roble diciéndole:
Pelayo besó la cruz y la enarboló con la diestra diciendo
y como en otro tiempo había hecho el emperador Constantino por divino mandato, comenzó la Reconquista de España.
Fue entonces cuando San Antonio Anacoreta se acercó a Pelayo y le ofreció una tosca cruz de roble diciéndole:
«He aquí la señal de la victoria».
Pelayo besó la cruz y la enarboló con la diestra diciendo
«Esta será desde hoy mi divisa y mi bandera»
y como en otro tiempo había hecho el emperador Constantino por divino mandato, comenzó la Reconquista de España.
(Don Pelayo fue el primer monarca del reino de Asturias, que rigió hasta su muerte. Frenó la expansión de los musulmanes hacia el norte, comenzó la Reconquista y se le ha considerado tradicionalmente como el fundador del reino de Asturias. Esta escultura de Don Pelayo está en Covadonga)
Se considera la Cruz de la Victoria a la insignia de madera que Pelayo utilizó como estandarte en la Batalla de Covadonga. Posteriormente sería guardada por su hijo Favila en una iglesia de Cangas de Onís, primera capital del reino, dedicada a la Vera Cruz, porque en su centro contenía un relicario con un fragmento de la Lignum Crucis es decir la Cruz en la que se crucificó a Cristo. La Cruz de la Victoria constituiría, por lo tanto, el primer vestigio del culto a la vera cruz en el Reino de Oviedo, fechado por la inscripción levantada por Favila y su mujer Froiluba en el año 737.
Posteriormente sería engalanada con oro y piedras preciosas y trasladada por donación a la Catedral de San Salvador de Oviedo por el rey Alfonso III el Magno y por su esposa, la reina Jimena de Asturias, en el año 908. Según consta en una inscripción colocada en el reverso de la cruz, fue realizada en el castillo de Gauzón (cuyo emplazamiento aún es discutido por diversos historiadores). Se la considera la joya más valiosa de la Alta Edad Media española.
(Cruz de la Victoria, impresionante joya medieval, a pesar de todos los avatares que ha sufrido actualmente luce un magnífico aspecto. Merece la pena pinchar sobre la foto para verla ampliada y admirar su belleza)
Dice la tradición que la cruz de madera que se encuentra en el interior de la Cruz de oro y piedras preciosas fue la que el rey don Pelayo enarboló en la batalla de Covadonga, librada en el año 722, en la que las tropas asturianas derrotaron a las musulmanas.
No obstante, dicha tradición, que no fue recogida por los eruditos hasta el siglo XVI, ha sido desmentida recientemente por los arqueólogos César García de Castro Valdés y Alejandro García-Álvarez del Busto, que han demostrado, basándose en la prueba del Carbono 14, que la cruz de madera que se encuentra en el interior de la Cruz de la Victoria procede de un árbol talado durante el reinado de Alfonso III el Magno, y no de la época de don Pelayo, primer rey de Asturias. Es posible que esta sustituyera a otra anterior de madera que efectivamente fuera la que enarbolara Pelayo, pero eso ya queda oculto en las brumas de la historia.
El caso es que Oviedo y su reliquia se convirtieron en paso obligado para los peregrinos que recorrían el Camino de Santiago por el Norte de España. Tanto es así que los peregrinos franceses solían cantar :
Que viene a decir : "Quien va Santiago y no a San Salvador, visita al criado dejando al Señor"
El caso es que Oviedo y su reliquia se convirtieron en paso obligado para los peregrinos que recorrían el Camino de Santiago por el Norte de España. Tanto es así que los peregrinos franceses solían cantar :
Qui a esté à Sainct Jacques
et n'esté à Sainct Salvateur,
a visité le serviteur
et a laissé le seigneur.
et n'esté à Sainct Salvateur,
a visité le serviteur
et a laissé le seigneur.
Que viene a decir : "Quien va Santiago y no a San Salvador, visita al criado dejando al Señor"
(Catedral de San Salvador de Oviedo, de estilo fundamentalmente gótico. Es conocida también como Sancta Ovetensis, refiriéndose a la calidad y cantidad de las reliquias que contiene. Comenzó a edificarse a finales del siglo XIII por la sala capitular y el claustro, y su construcción se prolongó durante tres siglos hasta el remate de la torre a mediados del siglo XVI. Posteriormente se añadiría una girola en el siglo XVII además de diversas capillas anexas a las naves laterales.)
Ya en el Libro Becerro de la Catedral de Oviedo de 1385 se señalaba que en la Cruz de la Victoria había tantas piedras preciosas como las que había perdido, y para rematar la faena en 1934, durante la Revolución de Asturias, la Cámara Santa de Oviedo fue dinamitada por los revolucionarios, y las reliquias y objetos allí conservados, incluidas la Cruz de los Ángeles, el Arca Santa y la Caja de las Ágatas, sufrieron graves desperfectos y hubieron de ser restauradas en 1942 por el prestigioso arqueólogo Manuel Gómez Moreno, aunque la Cruz de la Victoria apenas sufrió daños.
No obstante, la restauración de 1942 (gracias a las donaciones populares que permitieron la adquisición y restauración), a la que también fue sometida la Cruz de la Victoria, ha sido considerada por diversos historiadores como una violación de los principios arqueológicos, artísticos e históricos, pues en algunos casos los daños fueron reparados sin tomar precauciones que permitieran posteriormente diferenciar los elementos originales de los añadidos. En 1971 se colocan esmaltes nuevos por obra del orfebre alemán Werner Henneberger, aunque tampoco se tuvo demasiado en cuenta el diseño original.
(Desastroso estado en que quedó la Catedral tras la Revolución del 34 en Oviedo, milagrosamente las reliquias no desaparecieron ni sufrieron grandes daños. La foto ha sido extraidda del siguiente blog : http://abelgalois.blogspot.com/)
Dice la crónica que lo que no hizo ni la dinamita del 34 ni el paso de los siglos lo hizo un ladrón que se dedicaba a robar los cepillos de las iglesias. La mañana del 9 de agosto de 1977, apareció la cámara del tesoro saqueada y lo que no se habían llevado estaba medio destrozado y tirado por el suelo. Los vecinos creían que se trataba de "una pérdida prácticamente irreparable" y el mayor temor era que se hubieran machacado e incluso fundido gran parte del tesoro. Y en la mente de todos, la labor de la Policía (con la que colaboraba la Guardia Civil, el Cabildo y media España) que tenía la misión de ser "rápida, eficaz y, por un milagro, dar con los símbolos" porque Asturias no lo era tanto sin ellos. Era más el valor sentimental y además el presidente de Amigos de la Catedral, Ramón Cabanilles, comentó que "no alcanzaría grandes precios en el mercado libre".
El ladrón, parece que después de sortear las deficientes medidas de seguridad del templo, desguazó en la misma cámara santa todos sus tesoros y se llevó piedras, ágatas, camafeos y el oro. Sólo dejó el alma de madera de la Cruz de la Victoria y la Caja de las Agatas, desprovistas ambas totalmente de joyas.
El ladrón, parece que después de sortear las deficientes medidas de seguridad del templo, desguazó en la misma cámara santa todos sus tesoros y se llevó piedras, ágatas, camafeos y el oro. Sólo dejó el alma de madera de la Cruz de la Victoria y la Caja de las Agatas, desprovistas ambas totalmente de joyas.
No ha terminado aquí la historia de esta emblemática joya, la veremos en la segunda parte.......(Countinuará)