Recaredo se esforzó por atraerse a la nobleza, tanto la goda como la hispanorromana, también al episcopado arriano y católico. Así devolvió las propiedades confiscadas por su padre Leovigildo e instituyó los Seniores Gothorum, asamblea del consejo real que reunía a los aristócratas visigodos más poderosos. Gracias quizás a estas medidas, después del año 590 las fuentes no documentan sedición alguna contra su poder. Isidoro de Sevilla, en su Historia de los Godos, destaca el contraste entre la politica de Leovigildo y la de su hijo:
"Las províncias que su padre conquistó con la guerra, él las conservó con la paz, las administró con equidad y las rigió con moderación." (1)
Pacificar el reino godo significaba resolver también el problema religioso. El rey se había convertido personalmente al catolicismo en 587, poco después de acceder al trono, bajo los auspicios de Leandro, arzobispo de Sevilla, y desde ese mismo instante se propuso lograr que el pueblo godo adoptara el catolicismo.
(El Rey Recaredo hablando a los Obispos en el Concilio III de Toledo, año 589. Códice Vigilano, fol. 145, Biblioteca del Escorial)
"Las províncias que su padre conquistó con la guerra, él las conservó con la paz, las administró con equidad y las rigió con moderación." (1)
Pacificar el reino godo significaba resolver también el problema religioso. El rey se había convertido personalmente al catolicismo en 587, poco después de acceder al trono, bajo los auspicios de Leandro, arzobispo de Sevilla, y desde ese mismo instante se propuso lograr que el pueblo godo adoptara el catolicismo.
(El Rey Recaredo hablando a los Obispos en el Concilio III de Toledo, año 589. Códice Vigilano, fol. 145, Biblioteca del Escorial)
A lo largo de dos años, el rey movió sus piezas y logró convencer a la mayoría de nobles y obispos, garantizándoles sus privilegios si se convertían al catolicismo. Así, los antiguos obispos arrianos mantuvieron su estatus en la Iglesia católica sin tener que ordenarse de nuevo. Eso sí, los elementos recalcitrantes fueron excluidos y purgados, como también se castigó a los responsables del trágico destino de Hermenegildo.
Despejado así el camino, se celebró el III Concilio de Toledo en el año 589. El reino visigodo tomó a partir de entonces un nuevo rumbo marcado por la entente entre Iglesia y Estado. La propaganda política del régimen se encargó de presentar a Recaredo como un nuevo Constantino, el emperador que permitió el triunfo de la Iglesia católica en el lmperio Romano a partir del edicto de Milán del año 313.
(Corona visigoda que forma parte del tesoro de Guarrazar, un tesoro arqueológico compuesto por coronas y cruces votivas que los reyes visigodos españoles ofrecieron en su día a la Iglesia. Fue hallado entre los años 1858 y 1861 en el yacimiento arqueológico de la llamada huerta de Guarrazar)
Recaredo falleció el 21 de diciembre del 601. Más allá de su capital reforma religiosa, su reinado se caracterizó por asumir el legado de Leovigildo: la unidad territorial de la Península Ibérica y la instauración del principio de sucesión dinástica. Pero, en este aspecto, su política tuvo escaso efecto, ya que su hijo Liuva II tan sólo pudo reinar un par de años antes de ser depuesto y asesinado por un grupo de conspiradores encabezado por Viterico, el mismo que había abortado con su traición la primera sublevación contra Recaredo. Volvía así el Morbus Gothorum, (el mal de los godos) la usurpación violenta del trono.
» Recaredo tardó algún tiempo en informar al papado de su conversión al catolicismo. En una carta enviada en 599 el monarca explicaba al papa Gregorio Magno que no le había escrito antes porque una embajada anterior había naufragado en Marsella. En su respuesta, Gregorio lo celebró escribiendo:
"El nuevo milagro que ha sucedido en nuestros dias, de haber pasado los godos por obra vuestra de la herejía arriana a la verdadera fe (...) Qué corazón habrá tan insensible que, oyendo tan gran novedad, no se conmueva, alabe a Dios y ame a vuestra persona?"
Pero cuando Recaredo poco después, le pidió al papa que mediara en el conflicto que mantenía con los bizantinos por la presencia de éstos en el sur de la Península, el sumo pontífice se mantuvo neutral para no ofender a ninguna de las dos partes.
Despejado así el camino, se celebró el III Concilio de Toledo en el año 589. El reino visigodo tomó a partir de entonces un nuevo rumbo marcado por la entente entre Iglesia y Estado. La propaganda política del régimen se encargó de presentar a Recaredo como un nuevo Constantino, el emperador que permitió el triunfo de la Iglesia católica en el lmperio Romano a partir del edicto de Milán del año 313.
(Corona visigoda que forma parte del tesoro de Guarrazar, un tesoro arqueológico compuesto por coronas y cruces votivas que los reyes visigodos españoles ofrecieron en su día a la Iglesia. Fue hallado entre los años 1858 y 1861 en el yacimiento arqueológico de la llamada huerta de Guarrazar)
Recaredo falleció el 21 de diciembre del 601. Más allá de su capital reforma religiosa, su reinado se caracterizó por asumir el legado de Leovigildo: la unidad territorial de la Península Ibérica y la instauración del principio de sucesión dinástica. Pero, en este aspecto, su política tuvo escaso efecto, ya que su hijo Liuva II tan sólo pudo reinar un par de años antes de ser depuesto y asesinado por un grupo de conspiradores encabezado por Viterico, el mismo que había abortado con su traición la primera sublevación contra Recaredo. Volvía así el Morbus Gothorum, (el mal de los godos) la usurpación violenta del trono.
Curiosidades :
» Recaredo tardó algún tiempo en informar al papado de su conversión al catolicismo. En una carta enviada en 599 el monarca explicaba al papa Gregorio Magno que no le había escrito antes porque una embajada anterior había naufragado en Marsella. En su respuesta, Gregorio lo celebró escribiendo:
"El nuevo milagro que ha sucedido en nuestros dias, de haber pasado los godos por obra vuestra de la herejía arriana a la verdadera fe (...) Qué corazón habrá tan insensible que, oyendo tan gran novedad, no se conmueva, alabe a Dios y ame a vuestra persona?"
Pero cuando Recaredo poco después, le pidió al papa que mediara en el conflicto que mantenía con los bizantinos por la presencia de éstos en el sur de la Península, el sumo pontífice se mantuvo neutral para no ofender a ninguna de las dos partes.
(Gregorio Magno es autor de una Regula pastoralis, manual de moral y de predicación destinado a los obispos. Recopiló y contribuyó a la evolución del canto gregoriano, llamado así en su honor pues en el año 600 d. C. ordenó que se recopilaran los escritos de los cánticos o himnos cristianos primitivos)
» Con la conversión de Recaredo y la adopción de la fe católica como credo oficial del reino de Toledo, en 589, los visigodos dejaban atrás doscientos años de perseverancia en el arrianismo. Esta corriente cristiana, considerada herética por la Iglesia de Roma, debía su nombre a Arrio, un sacerdote de Alejandría que vivió a comienzos del siglo IV. Arrio afirmaba que Dios Padre existía antes que todas las cosas y que había creado a Dios Hijo-Logos (el Verbo) o Cristo; la sustancia divina de éste no era igual a la del Padre, al que el Hijo estaba subordinado. Por tanto, la doctrina arriana negaba la equiparación de Cristo con Dios tal como la sostenía el dogma dominante en el mundo cristiano, lo que le valió una condena terminante en los concilios de Nicea (325) y de Constantinopla (381). Sin embargo, entre un sínodo y otro, el arrianismo cobró nueva vida cuando un obispo godo, Ulfilas, convirtió al cristianismo en su versión arriana a sus hermanos de raza, los godos de Mesia (al norte del Danubio). Desde allí, el arrianismo se difundió entre los pueblos germánicos: ostrogodos, visigodos, vándalos, burgundios y longobardos. Fue esta fe la que los visigodos llevaron consigo cuando se instalaron en Hispania en el siglo V. Allí se encontraron con una población autóctona católica, regida por una jerarquía eclesiástica fuertemente arraigada. Parecía una situación propicia para el conflicto, pero los historiadores han destacado la notable tolerancia de que hicieron gala los reyes godos, a semejanza de la que se practicó también en el reino ostrogodo de Italia.
Fuentes :
» Pere Maymó i Capdevila "Un católico en el trono visigodo" a través de Historia de National Geographic.
» Thompson E.A., "Los godos en España", Madrid, 2007.
» Orlandis, José "Historia del reino visigodo español", Ediciones Rialp, 2006.
» (1) Las historias de los godos, vándalos y suevos, de Isidoro de Sevilla
» Pere Maymó i Capdevila "Un católico en el trono visigodo" a través de Historia de National Geographic.
» Thompson E.A., "Los godos en España", Madrid, 2007.
» Orlandis, José "Historia del reino visigodo español", Ediciones Rialp, 2006.
» (1) Las historias de los godos, vándalos y suevos, de Isidoro de Sevilla