lunes, 28 de febrero de 2011

Las Órdenes Militares en España : Santiago (1ª Parte)

Esta antigua y principal Orden se fundó allá por el año 1170 bajo el reinado de Fernando II de León. Algunas fuentes apuntan a que la Orden de Santiago fue creada a raíz de la victoria en la batalla de Clavijo (La Rioja, año 844). Pero esta atribución se debe a la devoción hacia el Apóstol, a quien los cristianos creyeron ver combatiendo en su favor en dicha batalla, esta escena se repite muchas veces en numerosas representaciones artísticas y no fue en absoluto el comienzo de la Orden.

Por tanto la fundación se debe al Rey Fernando II de León y al Obispo de Salamanca Pedro Suárez de Deza que encargaron a un grupo de trece caballeros, conocidos como los Fratres o Caballeros de Cáceres, la defensa de la ciudad de Cáceres de las tropas musulmanas.
 
 El primer Maestre de la Orden fue Pedro Fernández, descendiente de los reyes de Navarra por línea paterna y de los Condes de Barcelona por línea materna. Según relata la bula fundacional, estos caballeros, arrepentidos de la vida licenciosa que hasta entonces habían llevado, se habían unido previamente bajo unos mismos estatutos y decidieron formar una congregación para defender a los peregrinos que visitaban el sepulcro de Santiago Apóstol en Galicia y para guardar las fronteras de Extremadura.

Pero no todo era guerrear, el Maestre pronto pensó en el aspecto espiritual de la Orden y para ello contó con la ayuda de una comunidad religiosa establecida en tierras gallegas. Había un monasterio dedicado a Santa María y sus monjes eran canónigos regulares de San Agustín. A éstos hizo la proposición don Pedro Fernández. Ellos aceptaron y quedaron también incorporados a la naciente orden militar.

(La insignia de la Orden es una cruz gules simulando una espada, con forma de flor de lis en la empuñadura y en los brazos. Los caballeros portaban la cruz estampada en el estandarte y capa blanca. Las tres flores de lis representan el honor sin mancha, que hace referencia a los rasgos morales del carácter del Apóstol. La espada representa el carácter caballeresco del apóstol Santiago y su forma de martirio, ya que fue decapitado con una espada. También puede simbolizar, en cierto sentido, tomar la espada en nombre de Cristo. Se dice que su forma tiene origen en la época de las Cruzadas, cuando los caballeros llevaban pequeñas cruces con la parte inferior afilada para clavarlas en el suelo y realizar sus devociones diarias)

Parece ser que esta nueva Orden en un principio se llamó, como he comentado antes, de los Caballeros de Cáceres aunque algunos autores apuntan a que llevaron el nombre de Caballeros de Santa María del Castillo y de la Espada. Pero lo que si es cierto es que tras la bula de aprobación, dada en Ferentino, cerca de Roma por el papa Alejandro III, en 5 de julio de 1175, ya siempre se les conoció con el nombre de Caballeros de Santiago. El nombre definitivo tiene su explicación pues es conocida la devoción que durante los siglos medievales se tuvo en España al apóstol Santiago, sobre todo desde que milagrosamente se descubrió su sepulcro allá por el siglo IX. Es natural que los caballeros se encomendasen de un modo especial al patrocinio de Santiago al entrar en batalla.
 
 (Santiago Matamoros representado en la Catedral de Burgos)

Sin embargo no todo fue fácil desde el principio, sobre todo tras la pérdida de Cáceres a favor de los musulmanes y el empuje almohade, tuvieron que replegarse y pasar también al reino de Castilla donde fueron bien recibidos por el rey Alfonso VIII que les entregó el castillo de Uclés, castillo fronterizo y roquero, para que defendiesen aquella comarca de los ataques musulmanes.
 
El acto tuvo lugar, con toda solemnidad, en Arévalo, el 9 de enero de 1174. En presencia de los poderosos del reino, prelados y nobles, Alfonso VIII, en unión con su esposa Leonor de Inglaterra, entregaba el castillo y la villa de Uclés, con todas sus tierras, viñas, prados, pastizales, arroyos, molinos, pesquerías, portazgos, entradas y salidas,a don Pedro Fernández, Maestre de Santiago.
 
La bandera de Santiago, que el arzobispo les había entregado en Compostela, ondeó por vez primera en la torre del homenaje. Así puede verse representada en la miniatura del Tumbo Menor de Castilla (un Tumbo es un libro grande de pergamino, donde las iglesias, monasterios, concejos y comunidades tenían copiados a letra los privilegios y demás escrituras de sus pertenencias).
 
(Alfonso VIII entrega el Castillo de Uclés a la joven Orden de Santiago. Arévalo, 9 de enero de 1174. Tumbo Menor de Castilla)

En el monasterio de Uclés se viviría la regla de la Orden de diferentes maneras dependiendo de qué miembro se tratase, así podíamos distinguir entre los Caballeros Casables que podían contraer matrimonio, la de los Caballeros Estrechos, de vida más rigurosa, que profesaban el celibato y vivían en comunidad. Por último, la de los Monjes Santiaguistas que se destinaban a la celebración del culto, a la asistencia espiritual de los demás miembros y a regentar las parroquias del priorato. Los primeros tenían por jefe directo al Gran Maestre, mientras que los otros vivían bajo la inmediata dirección de sus superiores eclesiásticos y de los priores de Uclés y de San Marcos de León. la Orden por tanto quedó constituida, con vocación tanto religiosa como militar.
 
(Todos los miembros de la Orden recibían el nombre de freyles para distinguirlos de los miembros de las órdenes religiosas, los frayles. Los freyles religiosos milites hacían la guerra para defender la Cristiandad, y los freyles religiosos clérigos se dedicaban al culto divino para pelear mediante la oración, el ayuno, la abstinencia y otras obras religiosas. Tanto los milites como los clérigos eran reputados por verdaderos religiosos. Por eso, además de las obligaciones monásticas gozaban también de los privilegios de los monjes: exención de la jurisdicción real, exención de la jurisdicción del clero secular y sometimiento directo a la Santa Sede)

Las acciones militares de estos caballeros fueron de vital importancia en la Reconquista y sus territorios se extendían por todos los reinos aunque especialmente por las actuales Ciudad Real, Cuenca, Toledo, Madrid, Guadalajara, Jaén y Murcia. La congregación prosperó, adquiriendo bienes y territorios y llegó a formar una especie de diócesis con capital en Uclés, cuyo prior tenía autoridad casi episcopal.

La rápida propagación de la Orden se debió a que su Regla era menos rígida que las de las demás órdenes, por ejemplo es la única orden militar cuyos caballeros podían casarse, lo que favoreció rapidamente la adquisición de nuevos miembros y de mayor poder, de tal manera que La Orden de Santiago sola tenía más posesiones que las órdenes de Calatrava y Alcántara juntas. Tenía posesiones en León, Castilla, Portugal, Aragón, Francia, Inglaterra, Lombardía, Antioquía, Hungría, Pelestina etc...

En tiempos del tercer maestre, Sancho Fernández de Lemus, los almohades comandados por el califa Yusuf II, vencedor en la batalla de Alarcos en 1195 frente a Alfonso VIII, realizaron una ofensiva general por tierras de Castilla, llegando hasta Uclés dos años más tarde. El maestre, en medio del desconcierto de los reinos cristianos, resistió en el castillo ucleseño con sus gentes, mientras otras fortalezas, como las de Madrid y Guadalajara, se sometieron a Yusuf II. Los caballeros de Santiago participaron posteriormente en la reconquista de las comarcas de Teruel y Castellón y combatieron en la batalla de las Navas de Tolosa (1212), en la que el maestre Pedro Arias murió junto a un gran número de caballeros santiaguistas.
 
(Cerca de Madrid a unos 90 Km. por la A-3 se encuentra el Monasterio de Uclés, perteneciente a la provincia de Cuenca. Este monasterio no es demasiado conocido, y en la actualidad, se encuentra algo olvidado. El monasterio, también es conocido como “El Escorial de la Mancha”. Fue la Cabeza de la Orden de Santiago)
 
Continuaron los episodios bélicos para los caballeros de Santiago. En 1233 acudieron a la batalla para tomar Jerez de la Frontera y tres años más tarde,  acudieron a las conquistas de Úbeda y Córdoba. Pelayo Pérez Correa fue el Maestre que mayor esplendor dio a la Orden, induciendo a Fernando III el Santo a que pusiera sitio a Sevilla. Durante dicho sitio, 270 caballeros dirigidos por su Maestre se internaron demasiado en la sierra y al llegar la noche sin haber logrado la derrota completa de los enemigos, y viéndose rodeados y en territorio enemigo se les apareció la Virgen María, a la que pidieron que detuviese el curso del sol diciendo:
 
«Santa María, detén tu día»
 
En recuerdo de este suceso se edificó más tarde, en aquel lugar, la ermita de la Virgen de Tentudía (Detén-tu-día), donde dicen que fue sepultado dicho Maestre en 1275. Pérez Correa fue sucedido por Gonzalo Ruiz Girón, quien murió a causa de las heridas recibidas en Alcaudete en 1280.

Tras la muerte de Vasco Rodríguez de Coronado, Maestre de la Orden entre 1327 y 1338, el Consejo de los Trece, así llamado porque lo componían trece caballeros designados de entre los gobernadores y comendadores de la Orden, eligieron como Maestre al sobrino de éste, Vasco López. Pero el rey Alfonso XI de Castilla le dio el cargo a su sobrino Alonso Meléndez de Guzmán, aduciendo defectos de forma en la elección de Vasco López.

La intromisión del Rey en las reglas sucesorias de la Orden provocó grandes disputas, ya que legalmente los Maestres eran elegidos entre los freyres con voto de castidad, con consentimiento y nombramiento posterior por el Papa. Alonso de Guzmán luchó al lado del Rey en la conquista del Reino de Algeciras, pero fue asesinado por él para nombrar finalmente como Maestre al infante Fadrique Alfonso de Castilla, su hijo bastardo de 8 años de edad en 1342.

En 1358, Fadrique fue mandado asesinar en Sevilla por su hermanastro, el rey Pedro I de Castilla, que nombró en su lugar a Juan de Padilla, hermano de la favorita del Rey, María de Padilla. Sin embargo, los caballeros de la Orden se negaron a reconocerle y le derrotaron cerca de Uclés, falleciendo Padilla durante la lucha. Los Maestres posteriores (Fernando Osórez, Pedro Fernández y Pedro Muñiz) murieron en la guerra con Portugal, pero la Orden se repuso durante el prolongado maestrazgo de Lorenzo Suárez de Figueroa, que fundó el Convento de Santiago de Sevilla.
(Los reyes fueron los principales patronos de las Órdenes a lo largo de sus siete siglos de existencia, y además esta condición no fue nunca una mera formalidad. Hasta el s. XIII, aunque se mantuvieron al margen de sus asuntos internos, las acogieron, las dotaron generosamente y las protegieron. A partir de la baja Edad Media nada impidió que la protección abriera la puerta a un papel más destacado. Se registraron con cierta frecuencia situaciones en las que los monarcas, cambiaron sus constituciones, ejercieron cierto control sobre la elección del Maestre, enajenaron propiedades, etc.. Finalmente, la incorporación perpetua de los Maestrazgos a la Corona de Castilla a comienzos del s. XVI, no hizo sino reforzar el marcado papel que venían ejerciendo los monarcas en las Órdenes. Pero además de con el favor real, las órdenes gozaron desde su institución con el auxilio del papado. Desde la fundación los pontífices las reputaron por 'hijas predilectas' de la Iglesia romana y a lo largo de toda su historia mantuvieron con ellas relaciones muy estrechas. Pero si la Sede apostólica siempre las amparó fue, con toda probabilidad, porque las consideró instrumento utilísimo de su política)

En 1453, Enrique IV de Castilla se hizo cargo de la administración de la Orden hasta que Alfonso de Castilla alcanzara la mayoría de edad. Entre 1462 y 1463 nombró Maestre provisional a Beltrán de la Cueva. En 1463, cuando fue mayor de edad, es nombrado como Maestre titular el infante Alfonso de Castilla.

En 1474, el Maestre Juan Pacheco, marqués de Villena, abdicó en favor de su hijo Diego después de siete años de gobierno. Esta decisión disgustó a la mayor parte de los caballeros y provocó un cisma en la Orden y grandes luchas, ya que, al mismo tiempo, Rodrigo Manrique y Alonso de Cárdenas pretendían el maestrazgo.
 
A la muerte de Rodrigo Manrique, los Reyes Católicos pusieron término a las disputas quedándose con la administración durante un tiempo y nombrando Maestre a don Alonso de Cárdenas, quien les acompañó en la Guerra de Granada.

Pero a la muerte del Maestre, los Reyes Católicos pidieron a Alejandro VI que les concediese la administración del gran maestrazgo de la Orden, medida que podía considerarse como de necesidad y, al mismo tiempo, como una especie de recompensa de sus grandes sacrificios por la fe católica. El Papa accedió a la demanda y con bula del mismo año otorgó la administración de la suprema dignidad de la Orden de Santiago a los Reyes Católicos.
 
(Rendición de Granada, por Francisco Pradilla. Se termina la Reconquista con el último reino musulman de la Península, los caballeros de Santiago participaron en la toma de la ciudad)
Más adelante el papa Leon  dio la administración de la Orden al emperador Carlos V y luego el papa Adriano VI unió para siempre a la Corona de España los maestrazgos de Santiago, Calatrava y Alcántara en 1523.
 
Continuará.....

Fuentes :

« Seminario Internacional para el estudio de las Órdenes Militares», c.s.i.c., Madrid 2002
« Derek W. Lomax, "La Orden de Santiago (1170-1275)", C.S.I.C., Madrid 1965
« Web del Monasterio de Uclés http://www.monasteriodeucles.com
« Heraldaria.com : http://www.heraldaria.com/santiago.php
« Mariana, Juan de, "Historia general de España"
« Nuevo Portal : http://www.nuevoportal.com/andando/santiago.html
« Martínez Lamela, José Félix, "Algunos antecedentes y anécdotas de las órdenes de caballería españolas", Instituto Genealógico Heráldico de Rosario, Rosario, 1994.


miércoles, 23 de febrero de 2011

Las Órdenes Militares en España : Montesa

La extinción de la Orden de los Templarios en el año 1314 tuvo mucho que ver con la fundación de la Orden de Montesa. Ocurrió que el Rey Jaime II de Aragón invirtió  los bienes confiscados de la Orden de los Templarios, extinguida por Clemente V, en dotar una nueva orden que defendiera la frontera del territorio de Valencia de los musulmanes, a esta nueva Orden también le donó el castillo de Montesa de donde tomarían finalmente el nombre de Orden de Nuestra Señora de Montesa. El papa Juan XXII aprobó la creación de la Orden en 1317 y la fundación de la misma se verificó el domingo 22 de julio de 1319, en la capilla real del Palacio de Barcelona.
 
(En un principio el emblema de la Orden sería una simple cruz roja sobre un manto blanco, así es como sería aprobada por Clemente VII en 1397, pero ocurrió que a la de Montesa se fusionaría la de San Jorge de Alfama que tenía como emblema una cruz rematada con flores de Lis, y así es que de la fusión nació el emblema definitivo de la cruz roja rematada por cuatro flores de lis negras que concedió Benedicto XIII y confirmó Martín V. Este sería el símbolo que ostentarían todos los miembros de la Orden, sobre el lado izquierdo del manto capitular)

Los diez primeros caballeros que fundaron la Orden pertenecían a la de Calatrava, ellos crearon la nueva regla y el estatuto. En la bula de fundación se especificaba que debía ser también el Maestre de la Orden de Calatrava el que tendría la capacidad de armar a los caballeros montesanos, de esta forma el Rey de Aragón en persona le pidió al Maestre de Calatrava que hiciera uso de su facultad, pero el orgulloso maestre poco amigo de recibir órdenes ni de su propio soberano de Castilla lo fue demorando en el tiempo. El propio Papa llegó a pedírselo por mediación del arzobispo de Valencia, pero no se dignó ni a contestar las misivas y cuando por fin lo hizo se excusó diciendo que sus obligaciones en la frontera le impedían los nombramientos requeridos. 
 
El motivo real era que la Orden de Calatrava no quería ceder sus posesiones en Aragón que con la creación de la Orden de Montesa se ponían en entredicho.

Las presiones finalmente hicieron su efecto y el Maestre ceció enviando a Valencia un procurador que  actuó en su nombre.

El primer Maestre de la Orden sería un gran experto en las artes militares, Don Guillermo de Eril que duraría en su puesto sólo setenta días pues era ya un hombre anciano y falleció al poco de ser elegido.

La Orden de Montesa también fue el brazo armado de la monarquía, así es como los caballeros montesanos ayudaron al Rey de Aragón Jaime II a la conquista de Cerdeña en 1323 con hombres y dinero. Como recompensa el monarca les concedió privilegios comerciales como la exención de portazgo, peaje, pesas y medidas, anclaje, pasaje y gabelas, para ella y sus vasallos en todos los puertos de Cerdeña y Córcega.
 
(El origen de Montesa fue su castillo árabe, en el que se mantuvieron los musulmanes tras la rendición de Xàtiva en 1244, hasta que en 1277 fue conquistado por Pedro el Grande.
En 1319 Jaime II donó el término y la fortaleza a la Orden de Montesa, que fue reconstruida y ampliada, realizándose importantes obras entre 1327 y 1374 para atender a las obligaciones monacales de los religiosos de la Orden de Montesa. En 1748 un terremoto destruyó gran parte del castillo y el monasterio anexo)

También contó con la ayuda de los frailes armados el Rey de Aragón Pedro IV el Ceremonioso, cuando declaró la guerra al rey mallorquín Jaime III, invadió Mallorca y derrotó a las tropas mallorquinas en Santa Ponça.

Otra época convulsa fue cuando el reino de Valencia  se encontró frente a una grave crisis debido a que algunos nobles valencianos con el apoyo del pueblo querían constituir un reino independiente del rey de Aragón Pedro IV. El Rey se valió de la Orden de Montesa como instrumento para apaciguar los ánimos y controlar a los sediciosos, estos fueron finalmente derrotados y Montesa se convirtió en una importante fuerza garante y defensora del trono. 
 
La Orden fue compenssada por sus servicios y el rey les concedió algunos privilegios como el control de multas, indemnizaciones y la facultad del Maestre para perdonar y absolver a quien considerase oportuno.

Fueron numerosos los hechos armados en los que participaron estos guerreros en defensa siempre del Rey de Aragón. Pero no siempre hubo continuidad en esta política, también la Orden y la monarquía tuvieron sus altibajos. Así en el siglo XIV en tiempos de los reyes Juan I y Martín "El Humano" y el Maestre Fran Berenguer March hubo un claro enfrentamiento entre ambas fuerzas pues el Maestre no era del agrado del monarca y a pesar de esto había salido elegido en vez del favorito real.
 
 (Caballeros con el manto blanco y la Cruz de Montesa)
 
Aún así, a pesar de las diferencias, a la hora de la verdad la lealtad de la Orden no se ponía nunca en entredicho y como prueba de ello es que los Montesanos siguieron apoyando todas las empresas bélicas reales como los conflictos acaecidos en Cerdeña y que de nuevo sofocaron estos caballeros.

De nuevo en el siglo XIV la relación entre Orden y monarquía fue estrecha, con el Rey Alfonso "el Magnánimo" el Maestre se convirtió también en Capitán de Galeras Reales y se dieron importantes episiodios bélicos como la victoria de Foz Pisana contra los genoveses en 1421. También fue embajador del rey ante los estados italianos, la cosa llegó incluso al nombramiento de "Portantveus de Lloctinent General del Regneu" que era el máximo cargo político de confianza del Rey.

Destacar también la ayuda de la Orden al Rey Juan II en el conflicto que enfrentó a la Corona Aragonesa contra la Generalitat de Cataluña entre 1462-1472 (fue este un enfrentamiento armado entre el rey Juan II de Aragón, conde de Barcelona, y las instituciones catalanas, Diputación del General (Generalidad y Consejo de Ciento) por el control político de Cataluña.)

Años después cabe destacar la intervención de los caballeros de Montesa en la conquista de Granada participando en la conquista de la ciudad de Vera y la de Mojácar cerca de Cartagena. Posteriormente en la ciudad de Baza, los caballeros montesanos libraron una gran y desigual batalla contra los moros, siendo derrotados y su Maestre muerto.
 
 (La Orden de Montesa en Valencia)

El último Maestre sería Pedro Luis Garcerán de Borja, hijo del duque de Gandía y hermano de San Francisco de Borja. Curioso es el destino pues si Francisco de Borja llegó a ser General de la Compañía de Jesús, IV Duque de Gandía y Marqués de Llombay, Grande de España y Virrey de Cataluña, el Maestre de la Orden de Montesa, Pedro Luis, sería condenado por la Inquisición por practicar la sodomía. 
 
Felipe II, que fue consultado por la Inquisición sobre la conveniencia del juicio, decidió emplear el proceso para dar una lección a la nobleza levantisca, neutralizando a la vez la alianza de los Borja con la familia real portuguesa. Garcerán de Borja fue condenado a 10 años de reclusión en el convento de Montesa y una multa de 6000 ducados. Sin embargo, ya en 1583, Garcerán de Borja, tras unas disputas internas por la sucesión del Gran Maestre, supo congraciarse con el Rey y negoció con Felipe II la incorporación a la corona de la última Orden que se mantenía independiente el 8 de diciembre de 1587.

Los requisitos para pertenecer a esta orden :

Los requisitos son muy parecidos a los que hemos leido ya en anteriores entradas. El aspirante ha de probar ser noble de sangre y no de privilegio al menos en sus dos primeros apellidos. Debe tener escudo de armas y ser descendiente él, sus padres y abuelos varones por ambas lineas de casa solar conocida. No haber desempeñado oficio vil, mecánico o industrial. No tener mezcla con judío, moro o hereje, converso ni villano por remoto que fuese. No haber realizado ningún acto en contra de la fé católica o la iglesia. Que él, sus padres y abuelos no hayan sido nunca penitenciados, se hayan dedicado al préstamo, mercadeo al por menor o hayan tenido oficios que conllevaran esfuerzo manual. No haber faltado a las leyes del honor o ejecutado cualquier acto impropio de un caballero.
 
(D. Francisco Crespí y Borja, tomó el habito de la Orden de Montesa el 8 de septiembre de 1577, y en ella obtuvo el cargo de Gobernador y Capitán del Maestrazgo, con las encomiendas de Burriana y Onda, Lugarteniente General de la Orden nombrado por Felipe III, expedida en 27 de enero de 1603)

La Orden estaba organizada de la siguiente manera:

» Gran Maestre.

» Hermanos, que podían agruparse en dos grupos:

- Los guerreros o Caballeros Cruzados
- Los religiosos o Capellanes adscritos a la Orden dedicados a las plegarias y al servicio de las parroquias  de la Orden.

» Escuderos, que acompañaban a los Hermanos.

» Vasallos, encargados del comercio y negocios.

» Siervos, encargados de las tareas menores, obreros, agricultores, etc.

Curiosidades :

» El convento de la Orden se encontraba en la villa de Montesa. Un terremoto en 1748 hizo que se desplomara la roca en la que se situaba y mató a muchos de sus miembros. La Orden pasó a tener su centro en Valencia, en la casa del Temple.

» Tanto freyles clérigos como freyles caballeros debían mantener los tres votos clásicos: castidad, pobreza y obediencia. Esta situación cambió en 1558, a partir de entonces, los caballeros que quisieron, pudieron casarse, circunstancia que ratificó el Papa en 1588. 
 
(Don Felipe Vives de Camañas y Mompalau, caballero de Montesa, obra de Jerónimo Jacinto de Espinosa)
 
 » El hecho de que Juan II fundara la Orden de Montesa a costa de los bienes de los Templarios fue fundamentalmente para evitar la acumulación de excesivo poder en la Orden del Hospital y los Caballeros Hospitalarios.

» El poder de algunos Maestres fue tal que en tiempos del Papa Benedicto XIII se nombró al Maestre Delegado Apostólico en Sicilia, con plenos poderes para proveer obispados y todo tipo de cargos regulares y seculares, al año siguiente fue nombrado Virrey de Sicilia por el Rey de Aragón con poderes sobre tropa  y marina.

» El castillo de Montesa donde se fundó la Orden, perteneció anteriormente a los Templarios.

Fuentes : 
 

sábado, 19 de febrero de 2011

Las Órdenes Militares en España : Alcántara

Existió hace casi mil años una ermita, en las riberas del Río Côa, en la Beira Alta del actual Portugal, donde vivía un viejo anacoreta, llamado Amando que había sido soldado en Tierra Santa a las órdenes del Conde D. Enrique de Borgoña.

Dicho ermitaño, que había levantado aquella sencilla ermita, conoció a un tal Suero Fernández Barrientos y otros caballeros que integraban una cofradía religiosa a los que Fernando II de León les habia concedido aquellas tierras con su ermita. Allí mismo se construiría una fortaleza para poder garantizar la seguridad de la fe cristiana en tan remotos parajes.

Poco después, debido al aumento de sus acólitos y al consejo del anacoreta Amando, decidieron constituirse en Orden Militar, como otras que ya existían, combinando de esta forma lo militar con lo religioso, así, se llamaron en un principio la Ordem de São Julião do Pereiro. Y fueron confirmados por el Papa Alejandro III el 29 de noviembre de 1177 en calidad de orden de caballería.

(La cruz de Alcántara, tiene un diseño idéntico al de la Cruz de Calatrava pero se diferencia de esta en que es de sínople (color verde)

Los miembros de la Orden se sometían a los votos de obediencia pobreza y castidad perpetua. Sólo tres días de la semana comían carne, el resto ayunaban. Dormían vestidos, guardaban silencio en la iglesia y refectorio. Cuando por tregua u otra razón, no se empleaban en los menesteres guerreros, permanecían recluidos en el convento.

Sucedió años después que la ciudad de Alcántara, reconquistada a los musulmanes, era defendida por los caballeros de la Orden de Calatrava, pero con los años el frente se fue desplazando hacia el sur y poco a poco la ciudad de Alcántara quedó muy al norte de los defensores calatravos, por lo que Alfonso IX de León encomendó la defensa de la plaza a la recientemente formada Orden de los Caballeros de Julián de Pereiro. 

Así en 1218 las Órdenes de Calatrava y del Pereiro firmaron una concordia por la cual, la primera cedía a la segunda la villa de Alcántara y todas sus posesiones en el Reino de León para que instalara en ellas su casa magistral y su convento central, a cambio, la Orden del Pereiro comprometía cierta subordinación al Maestre de Calatrava de ahí que adoptasen también la regla del Císter.

Debido entonces al establecimiento en esta ciudad, la Orden fue llamándose paulatinamente de Alcántara y ya en 1253 sus maestres se titulaban «maestres de la Orden de Alcántara».

(Convento de San Benito en Alcántara. Tras las peticiones de los caballeros de la Orden, y por encontrarse en malas condiciones las estancias de la fortaleza, los Reyes Católicos aprobaron en Toledo el 14-5-1495 la construcción de un monasterio para los de Alcántara)

A partir de este primer nucleo, la Orden empezó a crecer y se sumaron las ciudades de Santibáñez, Portezuelo, Navasfrías (donada por Alfonso IX) y Valencia de Alcántara. De esta forma quedó configurado su bloque fundamental de posesiones en el partido de Alcántara, al oeste de la provincia de Cáceres.

En años posteriores siguió su expansión ya por Badajoz con la conquista de Magacela, reconquistada por el Maestre de la Orden de Alcántara Frey Arias Pérez, ciudad que sería cedida a la Orden por Fernando III el Santo. Al mismo tiempo la Orden recibe el encargo del rey de repoblar Zalamea, conquistada por esos años.

En 1236 Fernando III conquista la ciudad de Córdoba y a la Orden les fueron donadas Benquerencia y Esparragal (si bien esta última fue conquistada por los Templarios). No terminó aquí la acumulación de posesiones pues en 1302 les es donado el castillo de Eljás y de Villanueva de la Serena un año después. Y como premio a su participación en la reconquista de Andalucía, castillos como el de Morón y Cote y el lugar del Arahal donados por Sancho IV en 1285 y permutados (cambiados) en 1461 a cambio de Salvatierra, Villanueva de la Barcarrota y el castillo de Azagala.
(El castillo de Villalonso en Zamora, es el mejor conservado de toda la provincia. La construcción es citada ya en una bula del Papa Gregorio IX de 1235, figurando como propiedad de la Orden de Alcántara.)

En 1492 el Fernando el Católico consiguió del Papa Alejandro VI la concesión del título de Gran Maestre de la Orden de Alcántara con carácter vitalicio. De esta manera logró controlar los más de 7000 km2 que ya tenía la Orden bajo su influencia, y eso que esta no era la poseedora de las mayores extensiones territoriales si la comparamos con las de Santiago y Calatrava.

Pocos años después, en 1522, el Papa Adriano VI fue más allá, al conceder a Carlos I los títulos de Gran Maestre de las tres órdenes militares de España con carácter hereditario.

Para ser miembro de esta Orden, eran necesarios una serie de requisitos :

Debían probar que sus cuatro primeros apellidos tenían nobleza de sangre y no de privilegio, tener escudo de armas acreditado en los cuatro apellidos y que tanto el aspirante como su padre, madre y abuelos eran descendientes de una casa solar (La casa solar es la primera casa donde una persona portó el apellido). 

No debían haber desempeñado jamás oficios viles, mecánicos o industriales ni haber vivido del esfuerzo manual. No tener mezcla de raza con judío, moro, hereje, converso ni villano por muy remoto que fuera el ancestro y que nunca hubiera realizado actos en contra de la Iglesia o la fé Católica. No haber faltado jamás a las leyes del honor o ejecutado un acto impropio de un caballero. 
 
(El Conde-Duque de Olivares retratado por Velázquez en 1625 portando en su capa la Cruz de Alcántara pues fue Comendador Mayor de esta Orden. Don Gaspar orgulloso de esta distinción se hizo retratar en varias ocasiones mostrando el emblema de esta Orden. Pincha sobre la imagen u podrás verla en detalle)

Curiosidades :

» Sus miembros generalmente vestían una túnica de lana blanca muy larga y capa negra que se sustituía por un manto también blanco en las ocasiones solemnes.

(Retrato de Don Pedro de Acuña, caballero de Alcántara. Armado, con manto blanco y en él la Cruz de Alcántara. Primera mitad del S XVI)

» Su último Maestre, Juan de Zúñiga, fue el número 37 y abandonó su autoridad a favor del Rey Católico Fernando, previo consentimiento de la Santa Sede y a cambio de ser nombrado Cardenal Arzobispo de Toledo.

» Pertenecer a la Orden significaba respetar el voto de castidad, hasta que en 1546 se autorizó el casamiento de los caballeros de la Orden a cambio de defender el dogma de la Inmaculada Concepción.

»
En el siglo XVI había un cuerpo de caballería que tenía como estandarte la Cruz Verde de Alcántara, fue creado en los Paises Bajos Por Don Juan Francisco Nestien para aumentar las fuerzas de caballería que luchaban bajo el reinado de Felipe IV.

Este regimiento perduró en la historia y protagonizó algunos hechos de armas durante la Guerra de la Independencia Española.

» La Primera República suprimió la Orden en 1873, pero Don Alfonso XII la restauró en 1875.

Fuentes :

»
Ladero Quesada, Manuel F. : "La Orden de Alcántara en el siglo XV. Datos sobre su potencial militar, territorial, económico y demográfico". En En la España Medieval II. Estudios en memoria del profesor D. Salvador de Moxó. Págs. 499-541. Madrid, Universidad Complutense, 1982.

» Novoa, Feliciano - «La Orden de Alcántara y Extremadura (Siglos XII-XIV)». Mérida, 2000.

domingo, 13 de febrero de 2011

Las Órdenes Militares en España : Calatrava

La Reconquista española duró más de cuatrocientos años. Aunque en algunos aspectos se asemejó a una Guerra Santa, su principal acicate fueron los periódicos esfuerzos de los reyes cristianos de Portugal, Navarra, Castilla, León y Aragón por expulsar a los árabes de sus reinos al sur de España. No reinaba un estado de guerra permanente; el último reino árabe, Granada, mantuvo una coexistencia pacífica con sus vecinos cristianos durante más de doscientos años, después de la caída del reino de Córdoba en 1262.

Calatrava :

(Orden militar y religiosa, fundada en el Reino de Castilla en el siglo XII por el abad Raimundo de Fitero, con el objetivo inicial de proteger la villa de Calatrava, ubicada cerca de la actual Ciudad Real. Pertenece al grupo de las órdenes cistercienses y en la actualidad únicamente tiene carácter honorífico y nobiliario)

La primera orden militar fundada en España fue la de Calatrava. Apareció de una manera curiosa. Los Templarios y los Hospitalarios tenían numerosas fundaciones en España, y en 1134 Alfonso el Batallador de Aragón les legó su reino; pero ellos acordaron con sus herederos limitarse a tomar posesión de una serie de castillos.

Los Templarios ocuparon el castillo de Calatrava, un fuerte fronterizo cuya localización les obligaba a participar en constantes refriegas con los árabes del sur de España. Dado que su principal propósito en Europa era recaudar dinero para sus operaciones en Palestina, en 1157 decidieron abandonar el castillo y se lo ofrecieron al Rey Sancho de Castilla. Éste no pudo encontrar a nadie que lo defendiera hasta que Diego Velázquez, noble español que había ingresado en la Orden cisterciense, persuadió a su abad Raimundo de Fitero de que trasladara una comunidad de monjes al castillo, que habrían de ser protegidos por algunos caballeros reclutados al efecto. Al morir el abad en 1164, los monjes se marcharon, pero los caballeros siguieron ocupando el castillo y se convirtieron en la Orden de Calatrava.

(La antigua ciudad de Calatrava, conocida desde el siglo XIII como Calatrava la Vieja, se encuentra en el término municipal de Carrión de Calatrava. Durante la Alta Edad Media, fue la única ciudad importante de al-Ándalus en el valle medio del río Guadiana. Su destacada posición, en la margen izquierda de éste, la hacían paso obligado en el camino de Córdoba a Toledo y en las comunicaciones entre el Levante y el Poniente peninsular.)

El primer Maestre de la Orden fue Don García, que obtuvo del Císter y del Pontificado la primera regla. Esta regla, modelada sobre las costumbres cistercienses para hermanos laicos, impuso sobre los caballeros, además de las obligaciones de los tres votos religiosos (obediencia, castidad y pobreza), las de guardar silencio en el dormitorio, refectorio (comedor) y oratorio; ayunar cuatro días a la semana, dormir con su armadura, y llevar, como única vestimenta, el hábito blanco cisterciense con la simple cruz negra (luego roja, a partir del siglo XIV) «flordelisada»: una cruz griega con flores de lis en las puntas, que en el siglo XVI se configuró definitivamente como hoy se conoce.
Desde su fundación hasta principios del siglo XIII experimentó una serie de altibajos. Tras la derrota cristiana sufrida por Alfonso VIII en la Batalla de Alarcos (1195), incluso tuvo que evacuar sus posesiones y retirarse a Ciruelos (Toledo). Tras un golpe de mano, varios caballeros de la Orden tomaron por sorpresa el castillo de Salvatierra, casi a las puertas de Sierra Morena, que mantuvieron en su poder, totalmente aislado de socorros, hasta 1211. Por ello, durante esos pocos años, la Orden adoptó el nombre de Orden de Salvatierra.

La Orden alcanzó su afianzamiento definitivo tras la Batalla de las Navas de Tolosa (1212), cuando fijó su sede en la nueva y más segura fortaleza de Calatrava la Nueva (1218) (en el antiguo castillo de Dueñas, por frente del castillo de Salvatierra), que fue construida por prisioneros musulmanes en su mayor parte, y que ya nunca abandonaría.

La antigua sede de Calatrava, origen de la Orden, junto al río Guadiana, pasó a convertirse en la sede de una Encomienda, y desde ese momento pasó a ser conocida como Calatrava la Vieja.

(Don Pedro de Barberana y Aparregui, Caballero de Calatrava luciendo la cruz de Calatrava, por Diego Velázquez 1631)

Los caballeros de Calatrava diferían de los Templarios y Hospitalarios en su juramento de lealtad al Rey de Castilla. Mediante este juramento reconocían la autoridad de un señor seglar, aunque los cistercienses siguieran controlando los aspectos religiosos de sus vidas. Esto significaba que no podían resistirse a las presiones políticas de la Corte de Castilla; y así, el Rey ejerció su poder frecuentemente para limitar la libertad de acción de la Orden, y a menudo logró imponer sus propios candidatos para el puesto de Gran Maestre.

Curiosidades : 

» Fernando el Católico logró ser elegido Maestre de la Orden en 1477 por una bula papal, y a partir de él todos los reyes de España revalidaron el título.

» Confiscados los bienes de la Orden por disposición de José I en 1808, fueron restituidos en 1814 por Fernando VII, para acabar definitivamente secularizados en 1855 por Pascual Madoz. La Primera República Española suprimió la Orden, que se restableció en 1875 con el Papado como encargado de regular su disciplina interna. En la actualidad, la orden es una institución honorífica.

» Disponía de tierras y castillos a lo largo de toda la frontera de Castilla y Aragón, ejercitando un señorío feudal sobre miles de vasallos. Era capaz de aportar, a título individual, hasta 2000 caballeros al campo de batalla, una fuerza considerable en la Edad Media.

Fuentes :

Heras Febrero, Jesús de las: "La orden de Calatrava". Madrid, 2008.
Hopkins, Andrea : "La Edad de la Caballería". Madrid, 2001.

lunes, 7 de febrero de 2011

El entierro del Señor de Orgaz.

Hubo una vez un gran señor llamado Gonzalo Ruiz de Toledo, Señor de Orgaz y protonotario de Castilla. Hombre especialmente conocido por su caracter piadoso tanto fue así que con sus dineros recontruyó y amplió la parroquia de Santo Tomé. Terminada la obra por maestros mudéjares, el Señor de Orgaz entregó la nueva iglesia a los frailes agustinos, que por entonces habitaban un lugar malsano junto al Tajo, y la puso bajo la advocación de San Esteban. Al morir, dejó en su testamento una última voluntad que deberían cumplir los vecinos de la villa de Orgaz :

“Páguese cada año para el cura, ministros y pobres de la parroquia 2 carneros, 8 pares de gallinas, 2 pellejos de vino, 2 cargas de leña, y 800 maravedís”

Pero el tiempo pasó y poco a poco se fue abandonando esa costumbre, hasta que en 1564 el párroco se Santo Tomé, Andrés Núñez, advirtió el incumplimiento de la demanda del antiguo Señor de Orgaz y reclamó su continuación ante la Cancillería de Valladolid. Finalmente, cuando ganó el requerimiento, se encontró con una gran suma debido a los años atrasados, y con él quiso agradecer a aquel Señor de Orgaz su generosidad con un epitafio (que se encuentra a los pies del cuadro) en el que se relatan los hechos maravillosos que acontecieron a la hora de su entierro siglos antes.

(El cuadro tiene influencias de la pintura italiana de los juicios finales, de los “Santos Entierros de Cristo” de Tiziano. Y también influencias de los pensamientos de la época sobre la construcción visionaria e idealizada de la Gloria Celeste. Merece la pena pinchar sobre la foto para verla a mayor tamaño)

Y así cuenta la leyenda que en el momento del entierro el mismo San Agustín y San Esteban descendieron de los cielos y con sus propias manos colocaron en la sepultura el cuerpo del Señor de Orgaz, mientras que una voz decía :


“Tal galardón recibe quien a Dios y a sus santos sirve”

En 1586 se llega a un acuerdo entre el párroco, su mayordomo y El Greco para plasmar el acontecimiento en una obra de grandes proporciones :

“En el lienzo se ha de pintar una procesión, (y) cómo el cura y los demás clérigos que estaban haciendo los oficios para enterrar a don Gonzalo Ruiz de Toledo señor de la Villa de Orgaz, y bajaron San Agustín y San Esteban a enterrar el cuerpo de este caballero, el uno teniéndolo de la cabeza y el otro de los pies, echándole en la sepultura, y fingiendo alrededor mucha gente que estaba mirando y encima de todo esto se ha de hacer un cielo abierto de gloria ...”.

El trabajo se alargó hasta finales de 1587 y la parroquia le abonó los 1200 ducados que pidió el maestro por su realización, no sin pocos regateos e incluso pleitos entre ambos.


Gonzalo Ruiz de Toledo fue enterrado en este mismo lugar, elegido por él mismo como la zona más apartada y humilde de la iglesia,  junto a la pared última y más apartada del coro y sepultura de simple piedra tosca.  200 años más tarde, el párroco don Andrés Núñez de Madrid, mandó renovar la capilla haciéndola más grande y hermosa  y queriendo que el milagro fuese conocido de todos.

En el cuadro vemos claramente una división, la parte de arriba, la celestial y la eterna y la parte de abajo la humana y temporal. El crucifijo que preside el entierro es la unión entre los dos planos.


El centro de la composición la ocupa el cuerpo del Señor de Orgaz que va a ser depositado en el sepulcro por dos santos, el Obispo San Agustín a la derecha y San Esteban, primer mártir de Cristo a la izquierda. Obsérvese el color cerúleo del difunto en contraste con el resto de personajes.
El señor de Orgaz, Gonzalo Ruiz de Toledo, nació en esta ciudad a mediados del siglo XIII, fue señor de la villa de Orgaz, alcalde de Toledo y notario mayor del rey don Sancho el Bravo. Está representado con su armadura de acero bruñido, cabe destacar las ricas cenefas pintadas sobre la armadura. Aquí el greco ha prescindido de la  sobriedad.


En la composición podemos ver a dos personajes que nos miran de frente llamando nuestra atención, uno de ellos es el propio Greco y el otro es su hijo que señala con sus manos la escena y aparece semiarrodillado en primer término a nuestra izquierda.  Jorge Manuel tenía 10 años. 




Un pañuelo que sale de su ropa lo testifica, puesto que indica la fecha de su nacimiento. 

"Domenico Theotocopuli 1578"

Este es un recurso muy utilizado durante el Renacimiento, recuérdese el Santo Entierro de Juan de Juni, con la figura de José de Arimatea vuelta hacia el espectador para mostrarle una espina. 

El niño sujeta una tea cuya llama permanente alude al deseo de mantener viva en la memoria tan recordado suceso. Aparece vestido de traje de gala y golilla.




En la composición hay caras de personajes de la aristocracia de la época que quedarían para siempre inmortalizados, evidentemente en un anacronismo que representa al Señor de Orgaz muerto siglos antes con los personajes de la época del Greco y con las figuras eternas en el cielo.

Aquí podemos ver al detalle todos los personajes que componen la escena, si pinchas sobre la imagen de abajo podrás ampliarla y se podrás apreciar mejor las descripciones de cada uno.


Destacamos con una pequeña descripción a algunos de los personajes :

* San Esteban. Sujeta al Señor de Orgaz a nuestra izquierda. Es el primer mártir de la Iglesia. Representado por un joven con dalmática diaconal en la que lleva bordada la escena de su propio martirio, haciendo contraste con las negras vestiduras de los caballeros.

* San Agustín. Sujeta al Señor de Orgaz a nuestra derecha. Ataviado, en este caso, con rico ropaje litúrgico de obispo bordada en oro, tocado con mitra, también bordada. La riqueza de su capa permite observar que el pintor ha retratado (de arriba abajo) a san Pablo, Santiago el Mayor y santa Catalina de Alejandría. Está demostrado que el rostro de San Agustín corresponde al del Cardenal Quiroga.


* Pedro Ruiz Durón, el sacerdote que nos da la espalda admirando la subida del alma del Señor de Orgaz, es el ecónomo de la catedral (el que administra los bienes de la diócesis autorizado por el obispo)

* Cura que celebra el responso. Figura revestido como tal, con capa pluvial negra con dorados. En la capa se observa un retrato de santo Tomás con escuadra de carpintero y una calavera un poco más abajo. Sin duda, debe representar a don Andrés Núñez de Madrid, el párroco de Santo Tomé quien encarga la obra a El Greco.

» Fila de caballeros

Cada uno tiene expresión propia. Los hay que siguen la ceremonia fúnebre con atención, otros que no lo hacen, aquellos que nos miran y llevan ya así casi trescientos años y aquel que mira al cielo, como queriendo saber hacia dónde se dirige el alma e incluso aquel que se encuentra distraído o, quizás, dormido ante tan triste momento. Entre ellos hay clérigos, nobles y letrados. Estos últimos los reconoceremos por el cuello vuelto, otros son caballeros de la Orden de Santiago (por la cruz roja bordada en su pechera negra).


* El caballero primero por la izquierda. Se cree que pudiera tratarse del mayordomo de la iglesia, Juan López de la Quadra.

* Dos monjes conversando. Uno es franciscano y otro agustino.


* Diego de Covarrubias, jurista, político y eclesiástico español.

* Otro monje dominico.


    
* El caballero que mira de frente, sin miedo, con la tez blanca. A la derecha del monje dominico. Es un autorretrato de El Greco.

* El caballero de Santiago que muestra sus dos manos. Quizás uno de los personajes más expresivos del Cuadro. Representa a quien fuera el descendiente del Señor de Orgaz, otros autores dicen que sería el alcalde de Toledo, por ser la persona más principal entre los nobles.

 
*
El hombre de perfil con barba cana (el primero por la izquierda en la imagen) es el profesor universitario Alonso de Covarrubias, hijo del famoso arquitecto Alonso de Covarrubias el que fuera Maestro de Obras de la Catedral de Toledo y de su Diócesis.


* Francisco de Pisa, el caballero que mira hacia el cielo, historiador y erudito que escribió acerca del milagro del Señor de Orgaz. Doctor en Derecho canónico y Catedrático de Sagrada Escritura en el Colegio de Santa Catalina. Escribió y mandó imprimir una Descripción de la Imperial Ciudad de Toledo (1605).


Algunos autores se atreven a identificar entre los personajes al propio Miguel de Cervantes, que en esos años vivió en Toledo. O quienes creen ver a Manusso, hermano del Greco, entre los retratados.

» La parte celestial


La parte celestial, donde veremos multitud de personajes bíblicos y también terrenales, en este detalle que podeis ampliar, se muestran los nombres : 


En esta obra están presentes todos los elementos del lenguaje manierista del pintor: figuras alargadas, cuerpos vigorosos, escorzos inverosímiles, colores brillantes y ácidos, uso arbitrario de luces y sombras para marcar las distancias entre los diferentes planos, etc.


Entre el cielo y la tiera, un ángel transporta en sus brazos el alma del Conde hacia Dios, para fundirse con  Él eternamente. Sujetándola la introduce, entre nubes, a la presencia celestial. El alma se representa como una crisálida, con forma de niño.

En esta parte superior hay una nueva escena donde aparecen en el centro Cristo en majestad, vestido de blanco y entronizado. Con rostro sereno ordena a San Pedro que está a su derecha con las llaves del cielo, que abra las puertas de éste para el alma del Conde.

La Virgen María también está a su derecha y un poco más abajo a punto de recibir en sus manos el alma que porta el ángel.


A la izquierda de Cristo aparecen todos los bienaventurados que disfrutan de la gracia de estar en el cielo y le observan con adoración, los describo de izquierda a derecha :

* San Juan Bautista (reconocible por su vestimenta de piel de camello).

* Santiago el Mayor Santiago el Mayor patrono de España.

* Aparece el apóstol Pablo vestido de violeta.


* Felipe II con el pelo blanco y el cuello de golilla, destaca su vestimenta del resto de personajes, con la mano sobre el pecho, contemplando el milagro desde el Cielo a pesar de que aún vivía.

* El anciano de barba blanca, vestido de amarillo, que aparece a su lado es el Papa Sixto V, aunque algunos le identifican como el arzobispo de Toledo, Gaspar de Quiroga o a un predecesor suyo, Juan Pardo de Tavera.
 
* Santo Tomás (titular de la iglesia y con la escuadra) de verde y amarillo.


* Grupo difuso, debajo de los bienaventurados, hay un trío de tenues figuras, formado por un hombre desnudo y dos mujeres, una de las cuales es María Magdalena, por su frasco de perfume, la otro mujer podría ser, Marta. Y el hombre, el resucitado Lázaro. Otros hablan de este personaje como el de san Sebastián con las saetas de su martirio.


Los personajes de la parte izquierda, se suman a la contemplaciónde Cristo, son:


* El rey David, con su arpa.

* Moisés, con las tablas de la ley.

* Noé, con el arca.

Curiosidades :

» Don Gonzalo Ruiz no era Conde en realidad, ya que el condado de Orgaz no se constituyó hasta el siglo XVI. Además era casualmente de origen griego (como el Greco) descendiente de la familia real bizantina de los Paleólogos.

» Es un óleo sobre lienzo de 4,80 x 3,60 m. Traducción de la firma: “Dominico Theotocopuli, 1578” (fecha de nacimiento del hijo del Greco, no del inicio de la obra).

» Algunos autores la han definido como : “No sólo es la obra cumbre de El Greco, sino la obra maestra de toda la pintura”.

»
El Greco incluye personajes en tamaño real en el cuadro y cuadros dentro del cuadro (El martirio de San Esteban y los santos de la capa pluviales del obispo y el párroco).



» Es curioso como El Greco también pinta al Señor de Orgaz con armadura lujosa, no humildemente envuelto en una mortaja o un hábito de mendicante, como se hacía en realidad.

» También es curioso, como consecuencia del manierismo, que no existe profundidad en la escena, por lo que no observamos ni suelo, ni fondo, ni casi podemos afirmar que la escena se representa al aire libre o en el interior de una cripta.

» El lugar que ocupa el cuadro de El Greco es su emplazamiento original. Para este lugar fue concebido y en él perdura transcurridos cuatro siglos. Debido principalmente a que no se ha movido de su emplazamiento original, el cuadro goza de un excelente estado de conservación.

» En 1975, tras un concienzudo estudio científico, se acometió una notable restauración realizada por el ICROA. 


Fuentes:

 
    * Valle y Díaz, Félix del. Poética. El entierro del Conde de Orgaz. Toledo: Azacanes, 2000.
    * Vaquero Fernández-Prieto, Emilio (1997). Fantasía y realidad de Toledo. Toledo: Azacanes.
    * Lorente Toledo, Enrique (et al.) (1993). Rutas de Toledo. Madrid: Electra.
    * Marías, Fernando (1995). Museos de Toledo. Madrid: Electra.
    * Cerro Malagón, Rafael de (1982). El greco.Su época y su obra. Toledo:IPIET – Dip.de Toledo.
    * Calvo Serraller, Francisco (1999). El entierro del conde de Orgaz. Electa.

Fotografías detalladas del lienzo :

http://domuspucelae.blogspot.com/2009/07/visita-virtual-el-entierro-del-conde-de.html
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