El contenido de la Leyenda Negra durante estos siglos se desarrolló en torno a tres aspectos. En primer lugar, las críticas a Felipe II, políticas y sobre todo personales, que fueron un instrumento de gran utilidad para difundir entre el pueblo los verdaderos motivos, que no eran otros que los derivados del indiscutible dominio español en esta época. En segundo lugar, las críticas a la Inquisición, a los tormentos utilizados, siempre de gran interés para el público. Por último, los tópicos con los que, desde Europa, se calificaba a los españoles.
Felipe II :
Felipe II, el “demonio del mediodía”, fue el blanco de numerosas acusaciones personales que le valieron una imagen de hombre cruel. Sin ánimo de disculpar al monarca, digamos que no parece hoy probado que ordenara la muerte ni de su esposa Isabel de Valois ni de su hijo primogénito don Carlos, que fueron los hechos más graves que se le imputaron.
Felipe II :
Felipe II, el “demonio del mediodía”, fue el blanco de numerosas acusaciones personales que le valieron una imagen de hombre cruel. Sin ánimo de disculpar al monarca, digamos que no parece hoy probado que ordenara la muerte ni de su esposa Isabel de Valois ni de su hijo primogénito don Carlos, que fueron los hechos más graves que se le imputaron.
(Felipe II fue el gran sujeto paciente de la Leyenda Negra, su beligerancia en la defensa de la Contrarreforma católica frente a la escalada protestante en Francia, Inglaterra y los Países Bajos le supuso todo un aluvión de críticas)
La muerte del príncipe don Carlos dio logar a numerosos comentarios y duras críticas contra Felipe II. Valga como dato curioso el hecho de que Iván el Terrible llevado por la cólera matara de un golpe a su hijo primogénito; prácticamente nadie se alteró, aun siendo un caso paralelo al de Felipe y su hijo. Hay que tener presente, pues, que tras estas acusaciones personales se escondían causas políticas.
Parece un hecho comprobado que don Carlos, nacido en 1545, dio muestras de retraso mental (no pronunció su primer sonido claro hasta los tres años) y de incapacidad, como señalaron sus tutores, para seguir con normalidad sus clases. Además de su carácter enfermizo tuvo la desdicha de caerse por unas escaleras con tan mala fortuna que se dio un golpe en la cabeza y empeoró notablemente; se tornó violento y su conducta fue cada vez más incontrolada.
(El Príncipe don Carlos (Valladolid, 8 de julio de 1545 – Madrid, 24 de julio de 1568) fue un heredero de la Casa de Austria, Príncipe de Asturias. Caracterizado por su formación débil y enfermiza, fue hijo de Felipe II y su primera esposa María Manuela de Portugal)
Dada la gran hostilidad hacia su padre, intentó huir de España a los Países Bajos. Entonces Felipe II mandó recluirlo en sus aposentos, en 1568; ese mismo año murió, tras un intento de suicidio y tras haber dado muestras de un profundo desequilibrio, pues, por ejemplo, alternaba huelgas de hambre con grandes comilonas y se ponía hielo en la cama en horas de calor.
En todo caso, a Felipe II se le puede acusar de no prestarle la debida atención pero no de asesinarlo premeditadamente.
El asunto desbordó la imaginación de las gentes y acaparó toda la atención dando origen a numerosos escritos, desde las obras ya citadas de Guillermo de Orange al futuro secretario de Felipe II don Antonio Pérez.
La crítica hacia la política de Felipe II :
Como ya hemos señalado, las causas políticas están íntimamente relacionadas con las acusaciones personales al monarca español. El papel de Felipe II en su intento por mantener la idea imperial y la ortodoxia católica en Europa supuso una complicada política exterior que llevó al rey al enfrentamiento abierto en cuatro ámbitos: Inglaterra, Países Bajos, Francia e Italia.
Las relaciones de España con Inglaterra, relativamente buenas en la primera mitad del siglo XVI, durante el matrimonio de Felipe con la reina católica María Tudor, se volvieron altamente conflictivas bajo el reinado de Isabel I. El enfrentamiento se produjo en dos ámbitos, pues se planteó un conflicto religioso (Inglaterra era protestante) y un conflicto de intereses económicos y políticos con numerosos intentos por parte de Inglaterra para participar de las ganancias americanas. Recurrieron en esta guerra comercial a todos los métidos, incluidos los saqueos a piratas a naves y posesiones españolas; el pirata más famoso fue Francis Drake, al que además se le otorgó el título de Sir. Pero hubo muchos otros como Hawkins.
(Hawkins fue uno de los piratas ingleses junto con Drake que intentaron expoliar los bienes de la Monarquía Hispánica. La guerra hispano-inglesa fue ante todo una guerra comercial desarrollada en el Atlántico. Los piratas ingleses intentaron saquear no sólo los galeones españoles sino también posesiones coloniales españolas como Santo Domingo o Cartagena la mayor parte de las veces sin éxito debido a que la armada española escoltaba estos galeones con buques de guerra fuertemente armados. Sus escasos éxitos sin embargo fueron muy difundidos avivando así la política antiespañola)
Esta guerra comercial desembocó en el conflicto militar de 1588 en el que Felipe II envió a luchar contra Inglaterra la famosa Armada Invencible. Su derrota, debida en gran parte a las tempestades más que a la defensa inglesa, llenó de orgullo a los ingleses, que hallaron el momento oportuno para ridiculizar a la Monarquía Hispánica. De este modo habla Robert Greene en su "Mascarada española" respecto a la práctica imperialista de los españoles:
“…Su servicio en las guerras y la política es circunvenir por perjurio, lograr por traición, socavar o, mediante alguna mezquina práctica marcial, debilitar al enemigo; si éste se resiste valientemente, se le enfría su valor y nunca, o casi nunca, se atreve a intentar otro encuentro…”
También el poeta Thomas Deloney aprovechó la ocasión para hacer historia-ficción y subrayar cuáles habrían sido las intenciones de los españoles de haber vencido:
“Al hombre y su mujer asesinar
acreciendo crueldad;
y también desflorar
a nuestras vírgenes, mientras miramos;
y hasta en la cuna, los muy tiernos párvulos
matar con golpe impío”.
Un anónimo inglés escribió una curiosa "Salutación esquelética" donde llegó a decir que le preocupaba que los ingleses bien nacidos dejaran de comer pescado, sabiendo que los peces se habían hartado de sangre española, pues él aseguraba al lector que no tenían nada que temer por ese lado, ya que los peces ya habían digerido al español y no transmitían la enfermedad venérea ni otros nocivos elementos que había en su carne.
Tenemos otros ejemplos no menos curiosos y descabellados. Así señalemos, por ejemplo, a Thomas Scott. Su obra más famosa fue el panfleto "Vox Coeli" donde, aparte de sostener la superioridad racial del norte sobre el sur, se dedica a relatar los crímenes de España que habían empezado nada menos que en los tiempos de Pedro I el Cruel.
Respecto a Francia, las malas relaciones con el vecino país que se remontaban a varios siglos atrás volvían ahora a avivarse.
(Enrique III de Francia. Se dijo que era estéril y sexualmente ambiguo. Tuvo numerosos amantes, a los cuales paseaba por las calles de París con los labios pintados y vestidos de mujer. Organizó torneos con estos amantes, los cuales adoptaban poses femeninas durante las justas. Sus amantes se peleaban por conseguir ser el favorito de Enrique, llegando al asesinato. Fue un ferviente detractor de la política de Felipe II)
Francia atravesaba un mal momento, dividido el país en contiendas civiles por las guerras de religión. Enrique III acusó a Felipe II, aliado con la Liga Santa contra el monarca francés, de ser el causante de todos los disturbios ocurridos en Francia. Un libelo especialmente interesante publicado en 1590 afirmaba:
“...Por lo cual queda directamente probado cómo el rey de España es único causante de todos los disturbios en Francia”.
Conocido popularmente como el "Antiespañol" alerta a los franceses a estar en guardia contra la:
“…Insaciable avaricia (de los españoles), su crueldad mayor que la del tigre, su repugnante, monstruoso y abominable lujo; su incendio de casas, su detestable saqueo y pillaje de aquellos grandes tesoros que de todas partes de Europa se habían reunido en suntuosos palacios…”
“...Por lo cual queda directamente probado cómo el rey de España es único causante de todos los disturbios en Francia”.
Conocido popularmente como el "Antiespañol" alerta a los franceses a estar en guardia contra la:
“…Insaciable avaricia (de los españoles), su crueldad mayor que la del tigre, su repugnante, monstruoso y abominable lujo; su incendio de casas, su detestable saqueo y pillaje de aquellos grandes tesoros que de todas partes de Europa se habían reunido en suntuosos palacios…”
A lo largo del siglo XVII la visión de España de los franceses seguirá siendo negativa, la conflictividad bélica entre ambos países fue constante con períodos de enfrentamiento particularmente intenso (1635-1659). La política exterior de Luis XIV de Francia intentará integrar a España en el marco de sus intereses.
(Luis XIV de Francia 1643-1715, hijo de Luis XIII y de Ana de Austria, hija ésta de Felipe III de España. El llamado Rey Sol representó la consolidación del absolutismo monárquico en Francia.)
Incluso cuando a la muerte de Carlos II, Luis XIV presentó como candidato al trono de España a su nieto, el futuro Felipe V, hubo franceses reticentes a relacionarse con España. Fénelon, célebre pensador francés de finales del siglo XVII consideraba a España como:
“…no menos envidiosa y suspicaz que imbécil y envilecida (…) La autoridad absoluta sobre los españoles es insostenible a la larga. Dejadlos hacer, no harán nada bueno y os harán sucumbir con ellos”.
“…no menos envidiosa y suspicaz que imbécil y envilecida (…) La autoridad absoluta sobre los españoles es insostenible a la larga. Dejadlos hacer, no harán nada bueno y os harán sucumbir con ellos”.
Continuará...
Fuentes :
García Cárcel, Ricardo; Mateo Bretos, Lourdes (1990). “La leyenda negra”. Madrid: Altamira.
Alvar, Alfredo (1997). “La leyenda negra”. Madrid: Akal.
Molina Martínez, Miguel (1991). “La leyenda negra”. Madrid: Nerea.
Pérez, Joseph (2009). “La leyenda negra”. Gadir.
García Cárcel, Ricardo; Mateo Bretos, Lourdes (1990). “La leyenda negra”. Madrid: Altamira.
Alvar, Alfredo (1997). “La leyenda negra”. Madrid: Akal.
Molina Martínez, Miguel (1991). “La leyenda negra”. Madrid: Nerea.
Pérez, Joseph (2009). “La leyenda negra”. Gadir.
25 comentarios:
No hizo muchos amigos Felipe II, hombre capaz y bien dotado para la administración de los reinos, pero oscuro, intrigante, nada claro, y así le pasó con Gran Bretaña y Francia (curioso lo que dice Deloney). La historia del principe Carlos es curiosa tambien. Bueno, seguiremos al quite, Pedro;me interesan mucho este tipo de entradas. Saludos.
El caso del príncipe Carlos es especialmente sangrante puesto que la atribución de su muerte a su propio padre, el rey, ha sido fuerte pilar en la contrucción de la Leyenda Negra. Sobre este asunto publiqué en mi blog "El infante", por si le interesa echarle un vistazo, en el que se dan varias coincidencias con su relato de hoy. Seguiré atento a esta serie tan interesante. Un saludo, amigo Pedro.
Como vemos son cosas que no tienen ni pies ni cabeza. Lo de matar a don Carlos es un sin sentido teniendo en cuenta el profundo respeto por la dinastía con el que contaban los Austrias y más en esos momentos en lo que no había otro heredero varón, y la extrema religiosidad de Felipe II. Lo de Isabel de Valois igualmente absurdo, pues fue probablemente su epsosa más amada, la que le dio a sus hijas predilectas Isabel Clara Eugenia y Catalina Micaela.
Lo del embrutecimiento de la sociedad española es de risa cuando aquella España era el culmen de la cultura occcidental de aquellos años. Aunque muy poético lo de la sangre y los peces...
Francia, caso a parte, envidias y rivalidades históricas que aún hoy continuan.
Un saludo.
Sigo apuntando los oídos sordos de Felipe II ante semejantes ataques personales. Ni siquiera los cortesanos o los españoles de su tiempo atendían a semejantes acusaciones contra su señor. Otra cosa es que el rey mostrara sus cartas a las claras. Todo lo contrario; era una persona retraída e incluso retorcida a la hora de tomar decisiones, siempre con gran sentido dinástico y obsesionado por seguir una línea política continua. Muchos reyes de entonces mandaron al patíbulo a nobles y consejeros, pero el pecado del rey fue hacerlo siempre lentamente, con escrúpulos de conciencia y no siempre mostrando una autoridad plena en este sentido.
Como un Obama de hoy contrató a mercenarios para asesinar a su mortal enemigo Guillermo de Orange. ¿Nos parece extraño y lejano?
En cuanto a don Carlos, tras la caída por una escalera que le ocasionó un gran traumatismo craneoencefálico y que le agravó su desequilibrio mental, sus modos de actuación eran erráticos e incoherentes. Fue muy duro decidir su encierro en sus habitaciones, pues el rey se movía entre el cariño hacia él como padre y su deber como monarca. La muerte de su esposa Isabel fue natural, de parto.
Saludos
La leyenda negra fue una magistral operación de propaganda. Y digo magistral debido a que sus efectos todavía duran.
Saludos.
La potencia dominante siempre crea un aire de rechazo en los otros. Para muestra basta un botón...
Ha estado difícil comentar esta vez Pedro.
Saludos
Veo que la leyenda negra que teniamos no era mas que una sarta de estupideces.
La muestra...que por comer pescado -supongo que se refiere a que ese pescado se alimento de los marinos y naufragos españoles- se pillaban los malos humores de las gentes de España.
Tambien era una forma de hacer politica, abyecta eso si.
Saludos
Esperando la proxima, a ver lo que nos cuelgan...
Yo juraría haber dejado un comentario, pero sé como ha estado Blogger esta semana, pues se me han perdido bastantes comentarios en mis blogs.
Felipe II fue un gran administrador, pero un hombre intrigante, oscuro, con doble moral y es muy lógico que tuviera mala fama en Europa. Espero que quede ahora mi modesta opinión. Un cordial saludo, Pedro.
Pues yo también creí haber dejado un comentario y que se había salvado del desastre de Blogger de esta semana. Veo que no. Dije que la atribución del asesinato del príncipe Carlos ha sido puntal principal en la contrucción de la Leyenda Negra y utilizado hasta hacer bien poco para descrédito de España. Un saludo.
Jo, te dejé un comentario bastante largo sobre el tema el otro día y veo que se ha borrado. Blogger ha metido la pata muy mucho durante la semana pasada. En fin, más o menos te decía, abreviando, que Felipe II nunca hizo nada para mejorar su imagen frente a esos críticos de su política y de su persona, lo cual no quiere decir que surgiesen publicaciones que defendían la política española. Sin embargo, las versiones anti- españolas se difundieron precisamente en aquellos países que las querían atender, tales como Inglaterra, Países Bajos o Francia, es decir, lo enemigos de la Monarquía Católica por aquel entonces.
En cuanto a la personalidad del rey, no vamos a decir que era un santo, sino más bien una persona reservada que cuando tenía graves problemas se preocupaba hasta la enfermedad. El caso de su hijo fue una de ellas. Tras la caída por la escalera, se agravó su personalidad inestable que empezó a acercase a la locura, por lo que, con gran dolor, tuvo su padre que encerrarle por temor a consecuencias mayores.
Su pobre esposa murió de parto, ni más ni menos.
Saludos
Pues parece que también mi comentario desapareció :S...decía que Felipe II fue el hombre más poderoso de la historia, de ahí que fuese odiado y temido a partes iguales. Lo de don Carlos no tiene ni pies ni cabeza pues era su único heredero varón y ya sabemos la importancia que eso tenía en la época, y luego está todo el amor por la familia y la dinastía que profesaban los Austrias, lo que sumado a la religiosidad extrema de Felipe le incapacitaban de todos los modos para matar a su hijo...lo de Isabel de Valois es ridículo pues fue la esposa a la que más amó, aquella que le dio a sus queridísimas Isabel Clara Eugenia y Catalina Micaela...
...lo de los peces y la sangre muy poético y muy fantasma al mismo tiempo...
Un abrazo
Como siempre, Pedro, ha elaborado una excelente entrada (un artículo de investigación, diría yo) que despierta el interés...
Pienso que la "Leyenda Negra" era más propaganda que otra cosa... Ya sabemos como se ha utilizado la propaganda en política...
Respecto a Don Carlos y su famoso golpe en la cabeza al caerse por las escaleras, dudo mucho que tuviera las consecuencias que se cuentan sobre el accidentado. Con calma (con demasiada calma, para mi gusto, pero no tengo más remedio que hacerlo así) estoy estudiando los informes que escribieron los médicos del Rey y los del Príncipe, que son apasionantes, especialmente en lo que se refiere a la intervención del gran Vesalio (tan envidiado, casi, como el propio Felipe II). Espero poder comentar algo sobre ello más pronto que tarde. Pero, antes, estoy deseando leer la continuación...
Un afectuoso abrazo.
Pedro, de nuevo, magnífica continuación de nuestra leyenda negra. ahora centrada en Felipe II, en su política hispánica y cristiana con la que se se gano la animadversión del resto de potencias europeas. Una vez más extraordinarias las referencias bibliográficas, un placer leer e instruirme con tus entradas. Un abrazo amigo.
Pues es curioso, monsieur, que la leyenda negra española haya calado tanto. En realidad todos los paises tienen su leyenda negra, imagino. En Francia la de Catalina de Médicis y sus hijos fue terrible. Por ejemplo. Pero imagino que en la española tuvo mucho peso la parte que Antonio Perez tuvo en ella. Me refiero a que es natural que dos paises enemigos se pongan a caldo uno al otro, pero si también lo hacen los propios naturales, la cosa adquiere peor cariz. Con Felipe II se cebaron mucho, desde luego. Se llegaron a decir autenticas barbaridades, lo cual convierte su reinado en una epoca muy interesante para nosotros :)
Por cierto, me llama la atención de que se criticase el lujo español precisamente en la Francia de los Valois. Digamos que tiene narices.
Buenas noches, monsieur
Bisous
Llevar el mundo sobre las espaldas y mantener tal gravedad y sencillez. Ese es Felipe II.
Saludos.
@Manuel, así es y será, lo tenemos en los tiempos actuales con los USA. En aquellos tiempos le tocó a España...
Un abrazo.
@Lorenzo/Fotos Antiguas de Mallorca, sin pies ni cabeza en la mayoría de las ocasiones, pero hizo mucho daño y creo que aún se sienten sus coletazos. Esta política mezquina se definiría en una frase de Arturo Graf : "La política es demasiado a menudo el arte de traicionar los intereses reales y legítimos, y de crear otros imaginarios e injustos."
Un saludo.
@Paco, estoy de acuerdo con usted en parte. Pero no creo que Felipe II fuera más oscuro e intrigante que el resto de monarcas de la época, pongamos por ejemplo a la Reina Isabel I de Inglaterra. Creo sin embargo que fue un monarca que siguió fiel a sus ideales y principios hasta el final. Su ferviente religiosidad dominó sus actos políticos. Su ardiente defensa del catolicismo le granjeó una numerosa corte de enemigos en Europa, especialmente en el sector protestante, ellos fueron en gran parte los que proyectaron su imagen de intrigante y maquinador.
Gracias por su comentario amigo Paco.
@desdelaterraza-viajaralahistoria. Como usted bien comenta, la muerte de don Carlos fue un motivo de crítica hacia Felipe II. No creo sin embargo que Felipe, especialmente religioso y defensor de su linaje tuviera nada que ver en aquello. Sin embargo como digo, fue terreno abonado para los enemigos de la Monarquía Hispánica que buscaron cualquier pretexto real o inventado, como en este caso, para atacar al Rey.
Un cordial saludo :-)
@CarmenBéjar. Efectivamente se han perdido muchos comentarios, en esta entrada concretamente no quedó ni uno. Les doy las gracias a todos por haberse tomado la molestia de reescribirlos de nuevo.
Como bien comenta usted, Isabel fue la más querida esposa de Felipe II y por consiguiente no hay que pensar en trama alguna, fue una pérdida que le debió causar gran dolor.
En cuanto a don Carlos, el que fuera encerrado fue más bien un motivo de precaución. Es bien sabido que tenía tendencias enfermizas. Siendo niño, se sabía que gozaba con asar liebres vivas y en cierta ocasión se divirtió cegando a los caballos en el establo real. Muchas han sido las conjeturas sobre si Felipe II asesinó a su hijo mientras estaba detenido (envenenado, estrangulado o decapitado), pero todo intento por demostrarlo han quedado en meras especulaciones, con lo cual este hecho parece poco probable.
Reciba un cordial saludo :-)
@Carolus, como he comentado un poco más arriba, pienso como usted, no es posible que Felipe II tramara un asesinato contra su propio hijo, por motivos de su religiosidad y por motivos de conservación de su propia dinastía, hay que tener en cuenta que don Carlos fue una pieza muy importante en la política de la Monarquía, Felipe II pensó en casarlo incluso con María Estuardo. También pensó que en un futuro fuera el gobernador de los Países bajos, pero su evidente incapacidad hicieron que Felipe II abandonara también esta idea.
Gracias por su comentario :-))
@Francisco Doña, me parece de lo más apasionante lo que usted nos escribe, deben ser muy interesantes los informes que está estudiando, ojalá nos muestre algo sobre el asunto. Yo por mi parte espero esa información con sumo interés.
Gracias por su comentario y sus amables palabras :-)
@Pedro González Miguel, estimado Pedro, me alegra especialmente que le guste esta serie, tengo pensado alargarla puesto que estoy encontrando abundante información que creo os resultará de lo más interesante...
Gracias por tu visita :-)
@Dame Masquée. Como usted bien dice, todos los paises tienen su leyenda negra, pero la española es especialmente sangrante, pues incluso los mismos españoles la alimentaron de forma continuada en el tiempo.
Tan continuada que creo que llega hasta nuestros días, con diferentes argumentos, pero ahí está en los nacionalismos, en la ignorancia de algunos de nuestros políticos, en la poca preocupación por algunos temas, en la animadversión que todavía supone para mucha gente contemplar una simple bandera de España... tantos y tantos ejemplos me hacen pensar que la Leyenda Negra sigue viva, pero dentro de nuestra casa.
Un abrazo.
@Retablo de la Vida Antigua, ha resumido usted en una simple frase toda la compleja personalidad de Felipe II, estoy completamente de acuerdo.
Gracias y un saludo :-)
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